Desde el miércoles por la noche, los vecinos de Urquiza, están conmocionados dice LA OPINION por un hecho delictivo particular habida cuenta que autores ignorados, ingresaron a la Capilla Nuestra Señora de Fátima y sin ejercer violencia alguna, abrieron el sagrario y hurtaron el copón de bronce con más de 100 hostias consagradas, lo que constituye un sacrilegio para el dogma de la Iglesia Católica ya que las hostias representan el cuerpo de Jesús, su divinidad.
Si bien ayer por la tarde fue hallado el copón, es fundamental encontrar las hostias consagradas, que al cierre de esta edición seguían sin aparecer. La mayor autoridad eclesiástica de la Diócesis de San Nicolás, monseñor Hugo Santiago, se encuentra informado sobre la situación. Con el objetivo de que la comunidad pida perdón a Dios por tan importante agravio, el domingo, a las 19:00, el padre Alfredo Torres, oficiará una misa para reparar el daño que se ha causado.
Nada de valor quienes ingresaron, no rompieron ningún elemento, tampoco se llevaron la custodia, uno de los elementos de mayor valor económico (alrededor de 30.000 pesos) que allí había, sino que recogieron la hostia de mayor tamaño que se encontraba allí y abrieron sin mayor violencia la puerta de sagrario, retirando el copón de bronce con hostias consagradas, que por la cantidad (se estima más de 100), las fueron perdiendo por el camino.
Hasta altas horas de la madrugada del viernes, trabajaron en el lugar personal de la Comisaría Primera y de la Policía Científica de nuestra ciudad, que se encargaron de la obtención de huellas dactilares. Acompañó en este proceso el padre Alfredo Torres, encargado del templo. Por otra parte, personal del Destacamento de Policía de Urquiza desarrolla por estas horas el recogimiento de datos, interrogando a algunos vecinos de la zona. Lo importante, las hostias dice el padre Alfredo Torres afirmó que “lo importante a encontrar son las hostias consagradas”, y pidió: “Si alguien sabe dónde están o si alguien las tiró, les pedimos que dejen una nota o nos hagan saber de algún modo, dónde pueden estar porque las hostias consagradas son el cuerpo de Jesús”. Profanar la hostia “es como pegarle a un niño violentamente, es muy grave para la Iglesia Católica”.
Si las hostias llegaran a ser encontradas se debe dar paso a un proceso canónico que tiene que ver con la disolución de las hostias en agua, la que luego debe ser vertida en un hueco o espacio que no pueda ser pisado.