Pergamino: De manera virtual, se formalizó una adopción múltiple que conmueve al país

(LA OPINION) Mariana y Matías conviven hace más de 15 años; ella es pergaminense pero reside en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde sus 18 años ya que allí realizó sus estudios y desarrolla en la actualidad su labor profesional como diseñadora. Por su parte, Matías se desempaña como guitarrista y docente.
Así como muchas parejas tuvieron el firme deseo de ser padres, oportunidad que no se dio de manera biológica pero sí a través de la adopción. Tan difícil e incierto, y por momentos frustrantes, como el biológico les resultó como el camino judicial. Pero luego de varias instancias de prueba y habiendo pasado ya unos cuantos años de espera se les dio la oportunidad de adoptar a cinco hermanos.

Si bien no estaba en los planes de ambos tener una familia tan numerosa (situación que Mariana conoce sobradamente por ser la mayor de nueve), el deseo pudo más y desde que conocieron a los cinco niños nunca más dudaron de la decisión que habían tomado: adoptarlos para que sean para siempre sus hijos.

                                    Levantamiento de feria a pedido

Hace una semana, la Justicia, en tiempos de pandemia y de aislamiento, les otorgó la adopción de B (16 años), D (13 años), N (11 años), S (9 años), M (8 años) (así se identificará a los niños para no revelar su identidad). Fue a través de la aplicación Zoom y gracias a un pedido especial de levantamiento de la Feria Judicial.
Cuando les dijeron que ya eran oficialmente padres e hijos, la alegría se apoderó de todos ellos y fue un momento único e irrepetible cargado de emoción, al fin el anhelo de Mariana, de Matías y de los niños se cumplió y lograron conformar la familia que siempre esperaron, un espacio donde reina la contención y el amor.
Mariana que contó, en primer término, cómo se dio este proceso. “Con los chicos ya vivíamos hacía un año y medio bajo la modalidad de guarda pre adoptiva y el año pasado habíamos iniciado los trámites para que salga la sentencia de adopción, pero con el advenimiento del aislamiento obligatorio y la feria judicial pensamos que todo se iba a atrasar”, explicó Mariana y afirmó que “los chicos estaban muy ansiosos, sobre todo los más chicos que sentían el miedo de que los vuelvan a separar”.

                                            Audiencia por Zoom

Para no seguir en la espera, el matrimonio le pidió a su abogado representante que busque una opción para agilizar la tramitación y “él pidió una habilitación de feria que fue aceptada por lo que al principio hicimos un Zoom con el asesor de Menores, la jueza, una trabajadora social y nosotros siete. En ese encuentro virtual les preguntaron a los chicos si querían quedarse con nosotros y viceversa, ellos dieron una respuesta afirmativa y dijeron que nosotros les habíamos dado lo que sus padres biológicos no habían podido.

Nos preguntaron a nosotros y por supuesto dijimos que sí. Con las dos respuestas positivas la jueza nos dijo que solicitaría el dictamen de adopción y a los 15 días, el fin de semana pasado, hicimos un Zoom donde nos anoticiaron que ya éramos los padres oficiales de los niños. Fue un momento único ya que los nenes estaban muy emocionados porque al fin podrían tener el apellido y con ese gesto ser efectivamente parte de la familia”.
La experiencia de la audiencia por Zoom fue catalogada como “muy buena, concreta y dotada de comodidad”, según Mariana.

                                                    Abiertos al camino

Mariana y Matías llevan más de 15 años de convivencia y tenían el firme deseo de ser padres: “Queríamos tener hijos, no se dio de manera natural aunque ninguno tenía problema alguno pero siempre estuvimos abiertos a ser parte de un proceso de adopción”.
En primera instancia la pareja se inscribió en el Registro de Adoptantes. “Formamos parte del proceso que dura un año y en el que tuvimos que participar de diferentes talleres, también recibimos la visita de un asistente social, tuvimos encuentros con psicólogos, después de que la Justicia probó que estábamos preparados, nos dieron un número de legajo donde tuvimos que indicar la disponibilidad que teníamos. Nosotros habíamos indicado que queríamos adoptar uno o a lo sumo dos niños si eran hermanos para no separarlos, y que no fueran mayores a seis años”.

                                           Sorpresa y dudas

Durante dos años no tuvieron novedades hasta que recibieron una llamada en la que se les preguntó si seguían dispuestos a adoptar. “Nuestra respuesta fue positiva; al día siguiente fuimos a hablar con el asesor de menores y quedamos impactados cuando nos dijeron que eran cinco niños, también nos explicaron que hacía cuatro años que los chicos estaban sin familia por lo que se había decidido separarlos para promover la adopción y que no permanecieran en el Hogar Convivencial”, relató la entrevistada y añadió: “Nos dieron un tiempo para pensar, durante más de un mes afrontamos la etapa de la decisión ya que nos daba mucha pena que los niños se separen pero tampoco sabíamos si íbamos a poder con los cinco, fueron momentos muy duros porque no podíamos definirnos hasta que pensamos que si decíamos que no nos íbamos a arrepentir. No nos pusimos tanta presión y dejáramos que fluyera”.

                                             Amor in crescendo

Así comenzaron con el período de la vinculación que duró cuatro meses, y en el que Mariana y Matías iban a visitar a los niños al Hogar y hacían programas fuera del mismo durante los fines de semana.
“Conocimos primero a las mujeres que, son las más grandes y luego a los varones, fue raro porque pensamos que íbamos a conocer a nuestras futuros hijos, fue un momento realmente emotivo. A las chicas les costó más porque al principio estaban tímidas aunque en la culminación del primer encuentro nos abrazaron fuerte pero los más chicos naturalizaron enseguida la situación y nos dijeron mamá y papá desde el primer momento”, dijo Mariana.
Cuatro fueron los meses en que la pareja se vinculó con los niños, incluso “nos permitían llevar a los niños a nuestras casas durante el fin de semana, ese tiempo fue duro porque ya no queríamos separarnos”.

                                                           Guarda

Después les otorgaron la guarda y fue una mezcla de alegría y entusiasmo con el temor y las complicaciones de un crecimiento exponencial de la familia: “Tuvimos que hacer una movida grande ya que solo teníamos nuestra cama y dos más en un cuarto del departamento; al principio la casa era una especie de campamento porque los varones dormían en colchones en el living”.

La bondad de muchas personas permitió que los niños contaran con mayor cantidad de indumentaria y hasta tuvieran sus propias camas.
Sobre la experiencia del momento cero de la convivencia, Mariana enfatizó: “Al principio fue duro porque cada niño cargaba una pesada mochila y hubo que reeducarlos ya que venían de un Hogar por eso tuvimos que poner normas de convivencia, de higiene; el aprendizaje fue mutuo ya que nosotros tampoco teníamos la experiencia de ser padres y de pronto tuvimos cinco hijos”.
La angustia y esa mochila pesada que llevaban producto de sus experiencias del pasado, se transformaron cuando fueron a convivir con Mariana y Matías; fue una metamorfosis hasta hoy, en que comparten un hogar donde el amor sobra y nada falta. “Los chicos tienen una capacidad de adaptación increíble, son todos cariñosos y muy charlatanes, hemos ido a Pergamino y tienen muy buena conexión con las familias de ambos”, contó Mariana, que conserva parte de su familia en nuestra ciudad.

                                                 Sobre sus niños

Consultada sobre las características de sus hijos, Mariana contó: “B es las más creativa de todas, le encantan las manualidades. D es muy alegre y es muy mediadora, siempre está contenta y le encanta al deporte. N juega mucho con muñecos y le encantan los superhéroes además de mirar tele, es muy cariñoso y es la alegría de la casa. S y M son los más pequeños, les encantan los juguetes, los caballos, trepar en los árboles, juegan mucho juntos”.

                                                 Mensaje especial

En cada espacio público que le otorgan a Mariana, ella aprovecha a brindar un mensaje a todas las personas que están en el registro de adoptantes sobre todo a quienes, como ella, tienen ciertos prejuicios y miedos a la hora de adoptar. “El proceso de la adopción cuesta porque sentís que te ponen trabas, después no te llaman y cuesta la vinculación al principio, pero todo vale la pena. Nosotros preferíamos niños chicos y a lo sumo dos pero rompimos con los prejuicios que siempre hay en torno a la adopción de niños más grandes y nuestra experiencia es muy buena. La realidad de los niños me cambió el chip y les pido a quienes tengan deseos que se animen a adoptar niños más grandes porque es impresionante el cambio de vida de esos chicos y en la propia ya que el aprendizaje y el intercambio de amor es mutuo”, afirmó. En este marco es Mariana deja un mail para quienes deseen hacer consultas varias a quienes están en ese proceso de adopción: marianarojasl@hotmail.com

Pergaminense

Mariana Rojas nació en Buenos Aires el 3 de septiembre de 1973, en Palermo precisamente, pero a sus cinco años llegó a nuestra ciudad donde realizó segundo año en el colegio de El Socorro y luego prosiguió sus estudios en Maristas, donde se graduó.
Vivió su infancia y adolescencia en el Centro, exactamente en calles Florida y Leandro N. Alem hasta que a sus 18 años partió a la gran ciudad para estudiar Diseño. En la actualidad trabaja en un estudio de arquitectura de exposiciones.
Muy seguido vuelve a Pergamino a visitar a sus familiares y a los amigos que la adolescencia le dio en nuestra ciudad.