Firmat: Iniciaron el proceso de reactivación de la fábrica de cosechadoras Vassalli

Tras largos meses de incertidumbre, cambios de responsables de la firma, paros interminables y hasta la toma de la fábrica Vassalli, desde ayer la planta de personal comenzó con las tareas de poner en condiciones los talleres para comenzar la producción.

Este día será recordado por la comunidad de Firmat y por los obreros y sus familias como el punto inicial de un nuevo proceso que apunta a construir la primera cosechadora tras una profunda crisis que puso en jaque la continuidad de una de las fabricantes más importantes de Sudamérica en el rubro.

El plan es iniciar el largo camino de reacondicionar la planta, poner en marcha las máquinas de la cadena productiva e iniciar el esquema de abastecimiento de materia prima, un proceso que llevará algunos meses pero culminará con la expectativa de construir las primeras 24 unidades durante 2020. Ese es el objetivo que se fijó el nuevo grupo inversor que, además, estima elevar esa apuesta con la fabricación de 36 cosechadoras para el año próximo.

La noticia corrió como reguero de pólvora para las fiestas ya que desde Navidad se venía especulando con esa posibilidad; el sueño que la mayoría de los firmatenses estaban añorando con su fábrica emblema, la única firma nacional productora de cosechadoras. Finalmente la confirmación oficial de la intención de los nuevos inversores de volver a fabricar cosechadoras llegó en las primeras horas de 2020 y desde ayer los más de 300 operarios con que cuenta la planta ya está abocados de lleno a preparar los talleres para la fabricación de la primera de este año.

El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Firmat, Diego Romero, contó el periplo que debieron atravesar empleados y «patrones» desde hace largos años tras señalar que «la fábrica estaba tomada desde hace mucho tiempo y el objetivo de esa actitud fue buscar inversores para que vengan a hacerse cargo, cosa que hoy está ocurriendo».

Romero afirmó que «la gente que viene es de un fondo común de inversiones, asesorados por una consultora que opera a nivel mundial, que es KPMG, y son los que aconsejarán a nivel operativo, con personas capacitadas e idóneas. Afortunadamente la empresa sigue siendo Vassalli y los empleados mantienen las mismas condiciones laborales, o sea que continúan con la misma antigüedad y categoría que hasta ahora. En ese aspecto sigue todo igual, sólo que estos empresarios hicieron un contrato de trabajo a fasón y por ende le girarán una cuota mensual a la fábrica, además de insumos, para que pueda producir».

Conflicto

Para Romero «las negociaciones fueron arduas, en principio los inversores querían pagar sólo tres horas por día y no hacerse cargo de la deuda postconcursal ni ningún pasivo que acarreara la firma. Recordemos que la fábrica se concursó y que cada obrero hizo una acreditación de lo suyo, y se suponía que luego de eso la empresa empezaría a cumplir con sus obligaciones. Esto no pasó porque no pudo, no había ventas ni financiación para salir a competir».

«Esto hizo que se genere otra deuda más, que es la postconcursal. Ellos insistían en pagar tres horas, por lo que nos levantamos de la primera reunión y nos fuimos, ya que pedíamos un mínimo de seis horas. Luego hubo algunos encuentros más en los que no llegamos a un acuerdo. Hubo otra oferta de pagar cuatro horas diarias, pero sin hacerse cargo de la deuda y con la mitad de los empleados actuales, la que también rechazamos, hasta que días antes de Navidad llegó una propuesta que se acercaba a lo que los empleados pretendían. Esto es, el pago de seis horas diarias de trabajo, hacerse cargo de la deuda postconcursal y, lo más importante, mantener los 300 puestos de trabajo, que no son sólo metalúrgicos, sino que hay empleados que pertenecen a Asimra y fuera de convenio, de los cuales la UOM también se hizo cargo porque los otros gremios no aparecieron», explicó Romero.

El convenio

El acuerdo entre la fábrica Vassalli Fabril y el grupo inversor para oxigenar a la empresa y posibilitar su reactivación, que tendrá una vigencia de dos años, fue ratificado por la Justicia —puesto que la firma se encuentra en concurso de acreedores—, fue homologado por el Ministerio de Trabajo y aceptado por el gremio metalúrgico y representantes de la fábrica.

El apuntalamiento de Vassalli para sostener su funcionamiento con la vista puesta en su crecimiento llegó de la mano de un fondo común de inversiones encabezado por capitales nacionales, lo que posibilitará inyectar el flujo de recursos suficientes para hacer frente a la compra de insumos destinados a la fabricación de maquinarias y el pago de salarios, entre otras obligaciones.

Si bien lo acordado no modifica el esquema accionario, cuya paquete mayoritario está en manos de la nieta del fundador de la empresa, Mariana Vassalli, allanará el camino para que las riendas de la fábrica sean tomadas por el grupo inversor bajo la figura conocida como «fason», lo que significa manufacturar o producir por mandato de un tercero hasta que venza el acuerdo que, en este caso, abre la posibilidad de ser renovado una vez expirado los 24 meses de vigencia.

El grupo identificado como Financiamiento Estratégico SA se comprometió a no despedir personal y pagar seis horas diarias de trabajo aunque las jornadas serán de cuatro, además de hacer frente durante el 2020 al pago en cuotas del 50 por ciento de deudas salariales posconcursales y la otra mitad durante 2021.

«Es un acuerdo tranquilizador ya que asegura la continuidad de las fuentes de trabajo y abre expectativas futuras», resumió a este diario el abogado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Pablo Cerra. En esa misma línea puntualizó que la idea es dejar en condiciones la planta entre enero y febrero y después hacer una suerte de «reinauguración», donde no se descarta la presencia del presidente, Alberto Fernández, entre otras autoridades.

«Hace un año atrás —recordó Romero— estábamos en la planta pasando Navidad en medio de un conflicto y hoy se abre esta posibilidad que genera alivio y esperanzas entre los trabajadores. Tenemos confianza y esperemos que esta gente cumpla con su palabra para sacar adelante la empresa, preservando y generando más trabajo, lo que es fundamental para toda la economía de Firmat». Asimismo indicó que «si bien el primer año las jornadas de trabajo serán de cuatro horas aunque pagarán seis, tenemos expectativas en que haya ventas y crecimiento para volver a los ocho horas diarias».(La Capital)