El Gobierno Nacional decidió cerrar las exportaciones de carne por 30 días. La medida se mantendrá hasta que los precios internos se nivelen.
El 20 de abril de 2019 y observando los futuros escenarios económicos con respecto a la carne vacuna señalamos sobre una realidad que se nos venía encima, y no teníamos creadas las «palancas» en el Estado para que el «dólar rojo» no faltase en la mesa de los argentinos.
En ese momento argumentamos: «El tema económico central es debido al hábito alimentario de los argentinos cuyas consecuencias económicas si no se regula el mercado de exportación criteriosamente repercute fuertemente en la escasez de alimentos en la mesa de los argentinos. Se debe tener en cuenta como primer regla que si sube el precio de la carne vacuna, inmediatamente se incrementa el precio de los primeros sustitutos como son la carne aviar y porcina, y luego los segundos sustitutos como son fideos, arroz, y así sucesivamente.
Además por el sistema impuesto de los propios frigoríficos de exportación y al no tomar al vacuno integralmente como un almacén (con más de 700 subproductos) el que come puchero financia al que come peceto y lomo. La ecuación es muy simple la diferencia de precios entre el lomo de exportación y el lomo de consumo interno que se comercializa en las carnicerías lo paga el que come puchero (u otro corte del cuarto delantero) que no es exportable. Si se toma el vacuno en forma integral, y con controles con cuartos compensados, los cortes de consumo en carnicerías y supermercados deberían tener un fuerte descenso en los precios».