René Favaloro, reconocido mundialmente por haber desarrollado el bypass coronario, se suicidó de un disparo certero al corazón en su departamento el 29 de julio del 2000 debido a la crisis financiera que atravesaba su Fundación. Dejó siete cartas en las que explicó el porqué de su determinación, un gran legado reconocido mundialmente y un recuerdo imborrable.
Favaloro nació en 1923 en La Plata y desde muy temprana edad supo que quería convertirse en médico, tal vez inspirado por su tío, quien desarrollaba esa profesión y a veces lo invitaba a pasear por su consultorio. Cursó sus estudios primarios en la Escuela 45 del barrio “El Mondongo” de la capital provincial y los secundarios en el prestigioso Colegio Nacional.
Cuando finalizó sus estudios secundarios, ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). En 1949 se graduó y al año siguiente recibió una carta inesperada: era un tío de Jacinto Arauz, en La Pampa, que solicitaba su presencia, ya que el pueblo rural de poco más de 3000 habitantes necesitaba de un médico. Hasta allí viajó un joven Favaloro.
Al poco tiempo llegó su hermano, que también era médico y con quién creó un centro asistencial que se proponía cuidar la salud desde una perspectiva integral. Con los Favaloro en el lugar, la mortalidad infantil se redujo, se organizaron planes para evitar la desnutrición y se puso en marcha el primer banco de sangre para donaciones.
Por aquella época, Favaloro retornó a La Plata para actualizar sus conocimientos. Se recibió de doctor y su tesis fue dedicada especialmente: “A mi abuela Cesárea, que me enseñó a ver la belleza hasta en una pobre rama seca”.
La creación del by pass
Tras 12 años de medicina rural, viajó a Cleveland Clinic, un centro médico-académico en EEUU, pionero en cirugías. Las operaciones cardiovasculares estaban en auge y el joven argentino quería realizar un verdadero aporte en las intervenciones coronarias. En 1967 advirtió la posibilidad de emplear la vena safena en las cirugías de corazón.
La técnica, que luego conquistaría popularidad como “bypass aortocoronario” constituyó el trabajo emblemático de su trayectoria, ya que transformó el paradigma relacionado a la enfermedad coronaria. Realizó, según se cuenta en los registros, más de 13 mil by pass. En la actualidad, se realizan millones de intervenciones en el mundo siguiendo la técnica del doctor platense.
En 1971, a los 48 años, retornó al país porque quería aplicar todo lo que había aprendido y creó la Fundación que lleva su nombre desde 1975. También, en 1980, creó el Laboratorio de Investigación Básica y en 1998 la Universidad Favaloro.
Asimismo, fue autor de varias publicaciones como Recuerdos de un médico rural (1980); ¿Conoce usted a San Martín? (1987) y La Memoria de Guayaquil (1991), en homenaje al General (a quien Favaloro dedicó más de 30 años de investigación histórica); De La Pampa a los Estados Unidos (1993) y Don Pedro y la Educación (1994).
Su muerte y su legado
Tenía 77 cuando agobiado por la crisis financiera de su Fundación, se paró frente el espejo del baño de su departamento y tras bañarse y afeitarse, tomó un arma y se dio un disparo en el corazón. Dejó siete cartas en las que explicaba su determinación y también indicaciones precisas.
Los siete sobres blancos tipo carta estaban sobre la mesa del comedor. Se los había dejado a su mujer, Diana Truden, de 31 años, a sus sobrinos y a su empleada doméstica, Ramona Jiménez, y había otro más grande de papel madera con la inscripción “Mi testamento”, que contenía el legado elaborado por el médico en 1998, tras la muerte de su esposa.
Cada uno de los sobres tenía su propio encabezamiento: “A las autoridades competentes”, “Cosas de Diana, deben ser devueltas en sobre cerrado a Diana Truden”, “René Presente”, “A mis familiares y amigos”, “A Diana, solamente será abierto por Diana Truden”, “A Ramona Jiménez” y “A mis sobrinos, hijos de Juan José”.
En su mayoría, las cartas estaban escritas a mano con letra cursiva en tinta azul y llevaban la firma de Favaloro con la fecha. De acuerdo con las instrucciones escritas dejadas por Favaloro, el juez dispuso la apertura de la caja fuerte que había en el dormitorio.
Si bien nunca se confirmó lo hallado en ese lugar, trascendió que del cofre se habría extraído información, documentos bancarios y dinero. En el lugar también se secuestró una copia de la carta remitida al presidente De la Rúa.
“Estoy cansado de luchar, a mí me ha derrotado esta sociedad corrupta”, decía la misiva que dedicaba a “familiares y amigos”. Con una redacción alborotada, los investigadores creen que fue escrita minutos antes de morir. Allí, fue desgranando su angustia porque el proyecto de su Fundación, comenzaba a resquebrajarse por las terribles deudas que acarreaban las obras sociales.
El escritor y periodista Pablo Morosi, autor de la última biografía de René Favaloro (1923-2000) que acaba de publicarse, aseguró que si hoy “nos seguimos preguntando por qué se mató” el médico descreyendo de los motivos que dejó escritos, es porque “no queremos asomarnos a ese espejo” de la sociedad argentina.
“Como ocurre con otras muertes trascendentes, no terminamos de creer la historia que se nos cuenta, pero él dejó escritos los motivos: el ahogo económico y financiero de la Fundación y la corrupción del país como causa de ese ahogo”, dijo a la agencia estatal Télam el autor de “Favaloro, el gran operador”, publicado por Editorial Marea.
“Pero si seguimos buscando otras razones es porque no queremos asomarnos a ese espejo que nos golpea e interpela mucho, nos dice en la cara que somos unos corruptos, un desastre como sociedad, que es el mensaje que dejó”, reflexionó.
A 20 años de su trágico final, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) en la Ciudad de Buenos Aires y las sociedades científicas en la Ciudad de La Plata realizarán homenajes. (DIB)