Se llama Luis. Es otro de “Los olvidados”. Se domicilia a setenta metros del centro neurálgico de la toma de decisiones. En calle 52 entre boulevard 17 y 18. Cerca muy cerca…otros hombres benefician, castigan y olvidan a sus semejantes. Luis no tiene pensión y lleva la vida con la solidaridad de los vecinos.
A los 60 años vive solo. Se pasa las tardes sentado en un precaria silla que dispone en la vereda (frente al Jardín de Infantes 901). Cuando se duerme se recuesta hacia adelante y se cae. Los vecinos muchas veces lo auxiliaron con golpes en la cara y la cabeza.
Sus semejantes de la cuadra cocinan y lo asisten con la comida diaria. Una vecina nos contó que en su patio existen muchas pulgas que lo pican continuamente y también tendría sarna. Por otro lado, sus vecinos lo llevan al médico y le consiguen los remedios. Es otro de los tantos “olvidados de nuestra ciudad”. A igual que “Norita” y otros más.