En 2008, cuando las tensiones entre la gestión kirchnerista y el campo habían alcanzado su cima, los productores contaron con la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) como uno de sus aliados incondicionales. Por entonces, el gremio de ruralistas era liderado por Gerónimo «Momo» Venegas, un sindicalista que siempre cuestionó el poder de los Kirchner dentro del peronismo.
Desde 2017, por la muerte de Venegas, la Uatre quedó en manos de Ramón Ayala,quien siguió inalterable el mismo sendero que su antecesor. Sin embargo, desde la llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada, Ayala dio un giro: abandonó el denominado sindicalismo macrista y Fe, la fuerza política en la que milita, dejó ser aliada de Juntos por el Cambio, incluso con la salida de un diputado nacional [Pablo Ansaloni] del bloque. La metamorfosis se extiende más allá de las fronteras políticas: Ayala se manifestó ahora a favor de las retenciones y aseguró que «son un mal necesario». No es una cuestión de encolumnamiento con los productores rurales. No es la misma realidad hoy que en 2008: ahora se fija un tope de 33 por ciento para la exportación de la soja y antes se establecían las retenciones móviles, que podían llegar al 50%. Es diferente», dijo Ayala a LA NACION. El gremialista, de 68 años, asumió hoy un nuevo mandato al frente de la Uatre y en el acto estuvo acompañado por Hugo Moyano y Carlos Acuña, uno de los jefes de la CGT.
– ¿Qué opina de las retenciones?
– Las retenciones hacen falta más allá de la situación del país. Estamos en una situación límite, es un impuesto no deseado. Un mal necesario. Esperemos que sirva para crear empleo y reactivar el consumo.
– En 2008 usted, Venegas y la Uatre estuvieron acompañando al campo, ¿qué cambió ahora?
– No tiene nada que ver con la resolución 125. Ahora se fija un tope de 33 por ciento y antes se establecían las retenciones móviles, que podían llegar al 50%. No es una cuestión de encolumnamiento, no es la misma realidad que en 2008.
– ¿Qué impacto cree que puede tener la medida en su sector?
– No se va a dejar de sembrar o producir. Sí hay que darle una ayuda a las economías regionales, que son el núcleo de la producción.
– ¿Puede afectar las condiciones de empleo?
– No debería. Cuando no había retenciones también había trabajadores en negro.
– ¿Habló del tema con Alberto Fernández o con los responsables del área?
– Solo llamé a los ministros [Luis] Basterra y al de Trabajo [Claudio Moroni] para felicitarlos por sus nombramientos.
– ¿Cree que su apoyo al Gobierno puede generar tensiones en el Renatre [el ente que administra los aportes al fondo de desempleo que hacen los empleadores del sector agropecuario]?
– No, al contrario. Ya se habló y no hay tensiones.
– Usted fue aliado de Cambiemos a través del partido Fe y hasta hace poco pidió macrismo por veinte años más. Ahora tomó distancia...
-Nos distanciamos porque Macri acusó de traidores a nuestros diputados nacionales por formar otro bloque. Es fuerte que te califiquen de traidor. Acompañamos a Cambiemos hasta el 27 de octubre a pesar de que el resultado de las PASO fue irreversible. No nos bajamos del barco en medio del temporal.
– ¿Volverá a la CGT en agosto después de su experiencia como jefe del sindicalismo macrista?
– Estamos trabajando con todos los sectores para lograr la unidad en agosto. Hoy al acto de mi asunción vinieron los compañeros Moyano, Acuña y el ferroviario Sergio Sasia, entre otros.(LA NACION)