Tras el debate oral por la tragedia de Salta 2141 en Rosario, la mamá de Santiago Laguía expresó que la “la decisión de los jueces me dejó un sabor amargo”. El fallo no satisfizo a nadie. “Es el inicio, seguramente vamos a apelar y espero que se condene, además del gasista, a por los menos cuatro personas de Litoral Gas”, anticipó a LA OPINION.
El fallo del juicio por la tragedia de calle Salta 2141 que se conoció días pasados provocó un profundo dolor entre los familiares y amigos de las víctimas y sobrevivientes de la explosión que se cobró 22 vidas (entre ellos la del joven pergaminense Santiago Laguía) y dejó más de 60 heridos. La determinación de la Justicia de condenar únicamente al gasista y absolver a los otros 10 imputados generó un estado de irritación en gran parte de la sociedad que, a un mes de cumplirse el sexto aniversario de la tragedia más grande que vivió Rosario necesitaba escuchar otras palabras del tribunal integrado por los jueces Marcela Canavesio, Carlos Leiva y Rodolfo Zavala; escuchar, como sí sucedió en el caso de Once, que no solo la responsabilidad es de quienes ejecutan una acción (el gasista o el maquinista) sino también omiten realizar las tareas que les corresponde y cuya falta constituye un acto mortal de corrupción. Nos referimos a las empresas y sus tareas de mantenimiento y a las autoridades y funcionarios de órganos de control.
Cortado por lo fino
Claudia Vaio es la mamá de Santiago Laguía. Estuvo ahí, en el frente de lucha desde siempre, primero buscando a su hijo -fue una de las últimas víctimas encontradas- y posteriormente en la lucha judicial, través de la buscó –y busca- condenas ejemplares para todos los responsables del hecho, como modo de cerrar un poco la herida abierta el 6 de agosto de 2013.
En dialogo con LA OPINION comenzó una interesante charla confiando que la decisión de los jueces le dejó un sabor amargo y que le confirmó la sensación que ya tenía, de que “en Argentina no hay justicia y menos cuando está imputada gente de mucho poder”.
Considera que en este juicio “se cortó el hilo por lo más fino”. Y marcó las diferencias respecto de la accionar de otros tribunales en causas similares y no tan lejanas en el tiempo: “Nuestra causa tiene la misma carátula que la tragedia de Once o Cromañon: ‘estrago culposo agravado por muerte’ y en el caso de Once, fueron condenados muchos responsables entre ellos (los ministros) De Vido y Jaime. Si esto lo comparamos con Cromañon el último culpable tendría que haber sido el que tiro la primera bengala y nunca lo encontraron, sin embargo se condenó a varias personas, entre ellos los músicos”.
En el caso de Salta 2141, cabe recordar que la única condena recayó sobre el gasista Carlos García, a cuatro años de prisión, resultando absueltos desde los administradores del edificio hasta la gerente técnica de Litoral Gas.
Dolor sobre el dolor
A la pena de una condena escasa, donde se exonera de responsabilidad a gente que tenía directa relación con el estado de las instalaciones, se sumó un altercado nacido desde el mismo dolor, entre familiares de víctimas. Claudia fue protagonista directa del episodio y así lo relató a LA OPINION: “La única familia querellante (Gianángelo) perdió a sus abogados durante este último tiempo, dos o tres meses antes de la sentencia, ellos se dedicaron durante muchas jornadas a criticarnos a los familiares y hasta llegaban a decir que vendimos la sangre de nuestros seres queridos y cobrado cifras multimillonarias, todas mentiras y un gran delirio que tuvo un final poco feliz luego de escuchar el veredicto, cuando nuevamente empezó a atacar verbalmente a todos nosotros”.
A propósito de esta expresión de “vender la sangre” de las víctimas, Vaio aclaró: “Todos cobramos la demanda civil que van a cobrar todos, los que perdimos a nuestros hijos y aquellos sobrevinientes que se quedaron sin casa”.
La lucha continúa
Claudia Vaio confirmó que continuará por la vía judicial: “Este es el inicio, seguramente vamos a apelar y espero que se condene además del gasista, por los menos cuatro personas de Litoral Gas (dos inspectores y dos gerentes)”.
“El gasista, único condenado, siempre pidió perdón, siempre dijo la verdad, siempre estuvo derecho y jamás tuvo un problema con nosotros; él y su abogados son dos señores”, remarcó en el final la mamá de Santiago, ese chico fanático del futbol, de Independiente y de Douglas Haig, que nuestra ciudad todavía sigue llorando.