Ante la crítica situación del sector industrial que pone en riesgo centenares de puestos de trabajo en Casilda y la zona representantes del arco gremial y político de esta ciudad cabecera del departamento Caseros reclamaron al gobierno nacional medidas en defensa de la producción y el empleo.
El pedido fue formulado al secretario de Integración Productiva de la Nación, Fernando Prémoli, por una delegación compuesta por integrantes de la Intersindical Casilda y el intendente Juan José Sarasola en el marco de un encuentro desarrollado en La Capital Federal, gestionado por el mandatario local tras una reunión multisectorial desarrollada a fin del año pasado en la sede del Centro Económico del departamentos Caseros, para definir acciones en busca de soluciones.
La comitiva trazó al funcionario nacional un panorama sobre la compleja realidad de varias empresas locales y de la región que se esfuerzan por mantenerse en pie debido, entre otras razones, a la caída de las ventas y los altos costos de funcionamiento, especialmente en materia de servicios.
Y en ese contexto planteó la necesidad de que la Nación ponga al alcance de las empresas en crisis herramientas que les permitan sobrellevar la coyuntura y garantizar las fuentes de trabajo, aunque ya hubo despidos y suspensiones.
La mayor expectativa está centrada en que se facilite a empresas en crisis el acceso al programa de subsidios conocido como Repro para destinar los fondos al pago de parte de los salarios. Si bien ya hay fábricas que lo tienen a disposición en el país, a nivel local y zonal son pocas y lo destinado resulta insuficiente, como sucede en la empresa de sembradoras y herramientas de ferretería manuales, Gherardi SA, que recibe sólo unos 2.500 pesos por trabajador y sigue lidiando con dificultades para pagar haberes.
La delegación volvió al pago chico con el compromiso asumido por Prémoli de trabajar junto a su equipo para «destrabar» trámites que permitirán a algunas empresas de la región, especialmente metalúrgicas, ser beneficiadas con este u otro tipo de asistencia nacional para paliar la crisis. Al menos así lo indica un parte municipal sobre la reunión donde funcionarios de la cartera de Producción escucharon «reclamos e inquietudes puntuales» en torno al difícil momento que atraviesan «varias empresas y comercios casildenses».
Además de Sarasola participaron del cónclave el tesorero de la seccional casildense de la UOM, Javier Morinigo, y los secretarios generales de Amsafé Caseros, Armando Yualé, y del sindicato de Trabajadores Municipales de Casilda y comunas adheridas, Walter Britos, quienes forman parte de la Intersindical Casilda y del Foro en Defensa de la Producción y el Empleo.
Peligro para 500 empleos
Morinigo señaló que «además de explicarle al funcionario nacional la problemática de la región, le solicitamos que active los mecanismos para ayudar a sobrellevar la difícil situación de fábricas en las que corren peligro 500 puestos de trabajo». El dirigente rescató la predisposición y aseguró que ya hubo avances en brindar acompañamiento a alguno de los establecimientos con mayores inconvenientes.
No obstante, indicó que se trata de «una ayuda para sostener el funcionamiento de establecimientos metalúrgicOs de Casilda y la zona al borde del colapso, pero no tenemos esperanzas en soluciones de fondo ya que eso implicaría un cambio de las política actuales que no favorecen a la industria nacional. Con la apertura indiscriminada de las importaciones —reflexionó— los tarifazos y la profundización de las políticas de ajuste no hay posibilidades de que haya reactivación económica sino, por el contrario, recesión y más despidos que intentaremos evitar».
A su turno, Britos rescató la importancia de la reunión aunque admitió que no satisfizo las expectativas gremiales.
Firmat y su zona
En Firmat, el empresariado también está en pie de alerta al verse «asfixiado» ante la falta de incentivos para salir a flote, especialmente las Pymes vinculadas a la maquinaria agrícola cuyas ventas cayeron y, para peor, no se advierte un horizonte favorable. Tanto en estas ciudades como otras localidades de la zona ligadas a la agroindustria son cada vez más frecuentes los conflictos laborales en reclamo del pago de salarios atrasados, algo no ocurría salvo excepciones.
Un alto porcentaje de establecimientos metalúrgicos firmatenses y de la zona trabajan con jornadas reducidas para intentar sobrevivir. «Seguimos apostando al sostenimiento de la empresa porque es lo único que tenemos», dijo un empresario del sector que además de la caída del consumo se quejó por «la falta de líneas de financiamiento» para la compra de herramientas. Cabe recordar que en Firmat ya cerraron las empresas Dasa y anteriormente Meyde.(LA CAPITAL)