Se ha registrado últimamente un déficit alimenticio en varios niños en Venado Tuerto. Por tal motivo, el municipio redoblará esfuerzos en función a la creciente demanda social como consecuencia de la graves crisis económica que se vive en la ciudad, que incluye la pérdida continúa de puestos laborales, la devaluación y fundamentalmente la marcada inflación que produce un deterioro en las clases menos pudientes. A ese cuadro hay que sumarle el brutal incremento del costo de los servicios públicos que ameritan una ayuda extra.
El intendente José Freyre y miembros de su gabinete, preanunciaba desde el inicio del año la caída en la actividad económica y en el poder adquisitivo de los trabajadores, en paralelo con una escalada de la demanda de empleo y de una merma del trabajo informal y del cuentapropismo, con el consecuente efecto en toda la comunidad.
«Después de la fuerte devaluación que hizo el gobierno nacional estamos viendo coletazos fuertes. Nosotros seguimos insistiendo con las medidas que tomamos y viendo cómo la comunidad se organiza para contener esta situación», evaluó el mandatario venadense.
Impacto en alimento y salud
Ya en el terreno local, tras conocerse los datos del IPEC en el sentido de un aumento inflacionario superior a la media nacional, con preponderancia en los alimentos, Freyre describió el cuadro de situación que monitorea a diario: «El impacto más fuerte de la crisis se da en alimentación y salud. Volvimos a ver gente deambulando con una receta para ver de qué modo accede a un medicamento por haberse quedado sin cobertura. Desde el municipio pusimos en marcha un entramado social, como hicimos en 2001, para hacer un seguimiento nutricional de la población».
Sobre problemas nutricionales explicó que «tenemos alertas específicas para aquellos chicos que están por debajo del peso esperado y notamos que ha crecido la demanda de alimentos y una menor calidad nutricional, por el impacto de la suba de precios, una de las caras más complejas que tiene la crisis».
En cuanto al diseño del entramado social, confió que la invitación alcanza a organismos del Estado provincial, en la inteligencia que deben articularse acciones entre diversos niveles estatales. De allí habrá un efecto expansivo hacia representaciones gremiales y cámaras empresariales, para determinar de qué modo se puede aportar para mitigar el impacto de la crisis.
Ultimo eslabón
En otro orden, Freyre hizo referencia al debate gestado en torno al presupuesto nacional 2019, y en especial al posicionamiento de los municipios. «Somos el último eslabón de la cadena —sostuvo— y nos preocupan muchos los recortes presupuestarios, en particular por las consecuencias que pueden tener a futuro. Existe hacia las provincias un mecanismo compensatorio, tal vez para lograr el acompañamiento del voto, no obstante deja a los municipios en una situación más vulnerable; por ese motivo los intendentes nos movilizamos, en su momento, hacia el Congreso para lograr mejoras».
Y agregó el intendente: «Digo que los municipios somos el último eslabón del presupuesto público porque recibimos cada vez mayor cantidad de demandas, dando respuestas a cosas que son de nuestra competencia y a otras que no, con un presupuesto cada vez más magro».
En este sentido, recordó la merma en los fondos coparticipables y la quita en recursos destinados a transporte, obras públicas y programas sociales, todo lo cual inviabiliza cualquier plan de desarrollo.
«Si en tu municipio promovés obra pública, generás oportunidades de empleo; si generás programas de contención social, vas a llegar de manera más directa a los beneficiarios. Cuando hay intermediación, como en toda política social, hace que se pierdan muchos recursos en cuestiones administrativas. Por eso queremos avanzar con un presupuesto que fortalezca los ingresos y las políticas para los municipios, que es fortalecer directamente a las comunidades», aseveró. (La Capital)