Ecolatina prevé para este año un descenso de la economía del 0,6%, y que para el 2019 «el crecimiento no está garantizado». Según el propio Indec admitió, 2015 cerró con un crecimiento de la economía de 2,6 %
La economía cerrará 2018 con una caída del 0,6% y habrá que esperar hasta 2019 para retomar el alza del Producto Bruto Interno (PBI), aunque para ese año “el crecimiento no está garantizado” y dependerá de las buenas condiciones climáticas, del contexto internacional favorable en lo comercial y financiero y de la fortaleza política del oficialismo de cara a las elecciones presidenciales.
Ese es el pronóstico dado a conocer por Ecolatina, en un informe en el que destacó que el gobierno de Mauricio Macri no podrá superar “la maldición de los años pares” que desde 2010 acecha a la economía argentina, que alterna crecimiento en 2011, 2013, 2015 y 2017 (todos años electorales) con caídas en 2012, 2014 y 2016.
La consultora recordó que “a principios de 2018, parecía que la economía argentina se encaminaba a romper la maldición de los años pares”, pero que luego “la sequía, el fuerte ajuste de tarifas y la crisis cambiaria derrumbaron las perspectivas de crecimiento”.
Al respecto, Ecolatina indicó que “tras una caída interanual cercana al 3% interanual en el segundo trimestre, el PBI también arrojará un retroceso en el segundo semestre del año, aunque este sería más moderado por que el impacto de la sequía se diluirá en los próximos meses”.
El retroceso iniciado en el segundo trimestre llevaría a estimar que “la caída de la actividad será incluso mayor a la de los últimos años pares”, a raíz de “la combinación de varios shocks negativos juntos”, como la sequía, el ajuste de precios regulados, el salto cambiario y la dureza de las políticas fiscal y monetaria, planteó.
“Pese al arrastre estadístico positivo que dejó 2017 (+1,3%) y el elevado crecimiento de la actividad económica durante el primer trimestre del año (+3,6% interanual), prevemos una caída del PBI en 2018 en torno a 0,6% interanual”, adelantó Ecolatina.
En su análisis, anticipó que la desaceleración de la inflación generará en 2019 una recuperación real de las prestaciones sociales (indexadas de acuerdo con la inflación pasada), al tiempo que “si no se repite la sequía” habrá una mejor cosecha agrícola, en tanto la mejora del tipo de cambio real impulsará una recuperación de los sectores transables.
En consecuencia, la consultora confió en que “la actividad volverá a crecer en 2019”, pero al mismo tiempo advirtió que “el crecimiento del año que viene no está garantizado”.
Al respecto, señaló qie “la economía argentina depende de un clima benigno en el campo, de un contexto internacional (comercial y financiero) favorable, y de la fortaleza electoral del oficialismo en pos de acotar la formación de activos externos privadas típicas de los años de elecciones”. (InfoGEI)