Entrevistado por Ecojournal, el presidente de Nucleoeléctrica Argentina, José Luis Antúnez, indicó que la obra “nos va a permitir acceder a una nueva tecnología que es de uranio enriquecido y agua liviana. El contrato va a prever contenido local, naturalmente en lo relativo a las obras y los procesos de montaje y puesta en marcha, además de suministros locales.
Asimismo, Antúnez adelantó que la obra también va a incluir la transferencia de la tecnología para la fabricación local de los componentes del combustible que se van a usar en la central. Esa transferencia va a ser hecha a la CNEA, que es quien fabrica el combustible para nuestras centrales. Este proyecto va a servir para incrementar el acervo tecnológico tanto de la CNEA como el nuestro.”
Antúnez precisó que en este momento se están retomando las negociaciones que China. El proceso, dijo “quedó abandonado hace tiempo. Una vez que fue aprobado nuestro plan de acción el 23 de junio del mes pasado avisamos a la contraparte china que ya estábamos listos para recomenzar las conversaciones.”
Precisó que para que la central esté operativa en 2028, la construcción debería comenzar en el segundo semestre del año próximo, y para ello, el contrato comercial debería estar firmado este año.
“A partir de ahí”, precisó, “vienen una cantidad de procesos respecto a la contratación misma, a su financiamiento, que estimo que llevarían el primer semestre del año próximo y a partir de allí ya comenzar con la construcción. Lo que ya estamos adelantando es la preparación del predio para entregárselo a la CNNC tan pronto como esté habilitado el contrato, para evitar el tiempo muerto de empezar a despejar el predio a partir de la firma del mismo. La central nuclear se va a construir y podemos adelantar ese proceso. Eso va a empezar a fomentar el empleo en la zona de Zarate y de Campana, que tanta falta hace.”
Aporte energético
Por otra parte, Antúnez explicó la potencia de diseño de la cuarta central nuclear es de 1200 MW, operando la 24 horas del día a lo largo del año. “Es un aporte energético muy grande”, evaluó.
Asimismo, puntualizó que la tecnología Hualong “nace de dos vertientes. La primera en el año 2010, una decisión de la Secretaría de Energía y el gobierno argentino de que era el momento de explorar la tecnología de uranio enriquecido. En esa decisión influyó mucho el hecho de que estuviera el prototipo del reactor CAREM en desarrollo”.
Reactor adecuado
“El razonamiento, muy acertado, de la Secretaría de Energía – continuó el ejecutivo-, fue que si estamos construyendo un reactor de uranio enriquecido vamos a pretender exportarlo. Pero es muy difícil convencer a alguien de que compre lo que uno no usa. Por lo que sería razonable que nosotros también incursionáramos en centrales de gran potencia, no diseñándola nosotros pero sí entrando en un primer proyecto. De ahí viene una larga cadena que culmina en la selección del Hualong como el reactor adecuado”.
Por último señaló que “La otra vertiente, que ha pasado más desapercibida, es el acuerdo país-país de Argentina con China. Tiene un capítulo de infraestructura muy importante, dentro del cual estaba la posibilidad de comprar un reactor Hualong, y así nace la historia de este contrato que estamos tratando de completar ahora. Por lo que este contrato nace de una elección que hicimos, que la máquina más conveniente para nosotros era la Hualong, pero también la más conveniente por su esquema financiero”, concluyó. (InfoGEI)