Los países de la Unión Europea han cesado la comercialización de la vacuna contra el Covid-19 desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Aunque la empresa había solicitado esta acción en marzo, fue hasta este martes que la Comisión Europea finalmente aprobó su retiro.
Si bien se ha mencionado una demanda judicial colectiva en el Reino Unido, en la que 51 personas alegaron sufrir efectos adversos graves, la razón principal detrás del retiro no parece ser esta. AstraZeneca ha afirmado que se trata más de una cuestión relacionada con la dinámica de oferta y demanda en la industria farmacéutica, así como con la evolución del control de la pandemia.
La empresa argumenta que con la disminución de casos graves de Covid-19 y la implementación de nuevos plazos para refuerzos anuales, se ha generado un excedente de vacunas de varios laboratorios. Esto, junto con la preocupación por los raros casos de síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT) asociados a su vacuna, ha influido en su decisión.
El STT es una afección potencialmente mortal que causa coágulos sanguíneos junto con un recuento bajo de plaquetas. Aunque es poco común, su aparición en algunos pacientes vacunados ha generado preocupación y advertencias por parte de la Organización Mundial de la Salud.
La retirada de la vacuna de AstraZeneca en Europa plantea desafíos para la campaña de vacunación en la región, especialmente en medio de la necesidad de mantener altos niveles de inmunización para controlar la propagación del virus. Aunque se espera que otras vacunas llenen el vacío dejado por AstraZeneca, este episodio destaca la importancia de la vigilancia constante de la seguridad de las vacunas y la transparencia en la toma de decisiones regulatorias.(Pergamino Virtual)