(Por Victor Calvigioni) El lunes 13 de enero de 2009, eran las 2 de la tarde en el pequeño departamento de la calle Ameghino 575 de Wheelwright. Whilmar Lemoine salió de su vivienda, bajó dificultosamente las escaleras para realizar una corta recorrida por el pueblo. A pesar de tener problemas para su traslación…nunca regresó. Comenzaba uno de los misterios más grande de la localidad santafesina.
Melva Sarsa su esposa recordó que Whilmar señaló: «Me voy a dar una vuelta» y recibió como contestación «no te olvides que debes regresar para tomar los remedios». En la causa judicial declararon noventa testigos e intervinieron dos juezas.
En un primer momento el expediente judicial fue llevado adelante por Elizabet Manzini que meses después se jubiló dejando el caso en manos de la magistrado originaria de Hughes, Mirta Leale (también en el presente retirada)
La mayoría de los testigos indicaron que el hombre fue observado por última vez a la seis de la tarde, caminando cerca del Complejo Polideportivo.
La denuncia de su desaparición fue presentada un día después por su esposa. La policía con la colaboración de los Bomberos Voluntarios y parte de la población rastreó cada metro cuadrado del casco urbano y se adentraron más de 300 metros en los sembrados de maíz y soja que rodean la localidad.
Los procedimientos
Whilmar Lemoine sufría la enfermedad denominada “Mal de Parkinson”. La jornada se presentaba soleada y algo calurosa. Una suave brisa recorría el pueblo santafesino. El septuagenario salió a caminar, como lo hacía habitualmente pero nunca más volvió. Se realizaron decenas de operativos de rastrillaje. Ninguno obtuvo resultado positivo. «Toda la zona está sembrada de maíz. Si estuviera en un campo se lo podría ver. Pero no está por ningún lado» dijeron al comenzar la búsqueda.
Cuando salió de su casa el hombre vestía pantalón crema, camisa a cuadros marrón y alpargatas blancas.Media 1.70 de estatura, de contextura robusta y tenía el pelo color castaño canoso.
Pericias
El 19 de marzo, la Dr. Elizabet Mangini, jueza de instrucción de Melincué, y luego de varias declaraciones a testigos ordenó pericias sobre un auto Fiat Uno y un Renault 6. Las versiones circulantes en la localidad indicaban que “ el cuerpo de la víctima lo habían traslado en un auto Fiat Uno y depositado en un criadero de cerdos, para hacerlo desaparecer”. En los vehículos no se encontraron rastros de un posible traslado
La pista
En junio de ese año, jóvenes que estaban juntando hojas de maíz en un campo recientemente cosechado, encontraron parte de un cráneo y prendas de vestir que coincidían con las que llevaba puesta Wilmar Lemoine cuando desapareció
El hallazgo se produjo en un campo ubicado aledaño al camino real entre Colón y Wheelwright (extensión boulevard 17) y a dos kilómetros del casco urbano de la localidad santafesina.
El campo es propiedad de la familia Oderda se llama «La Sarita» y son aproximadamente 13 hectáreas que estaban sembradas de maíz y que había sido recientemente cosechado.
El sitio donde aparecieron los elementos se encontraba a cien metros de un galpón, y a unos 200 metros de una casa abandonada. La policía y los Bomberos realizaron una excavación en el lugar del hallazgo y se encontró una especie de degradante color blanco (podría ser cal).
Según se pudo saber, los trabajadores encontraron parte de un cráneo a ras de la tierra, además hallaron un birrete blanco, una camisa a cuadros color marrón y zapatillas color blanca (alpargatas) y un pantalón color claro náutico.
Una recorrida por la zona de este periodista observó varios criaderos de porcinos. Los rumores ¿Fueron casualidad?
Nunca se supo de quien eran los huesos. La policía santafesina junto a su gobierno (en aquel entonces el gobernador era Hermes Binner) no dieron respuestas. Un anciano de 76 años que sufría mal de parkinson y tenía grandes problemas para trasladarse, desapareció. A más de 11 años de aquel suceso el misterio se agiganta. ¿Alguna vez se resolverá?