(Por Victor Calvigioni) En a primavera del 2005, el sur de la provincia de Santa Fe se tiñó de rojo con un drama que paralizó a la sociedad de dos localidades. La historia comienza con el homicidio de Pedro Rafael Lemos. El trágico incidente ocurrió en la madrugada del domingo 13 de noviembre de 2005. El joven tenía 19 años y una vida por delante. El arma utilizada fue una escopeta calibre 16. El cuerpo de la víctima recibió una perdigonada. Las diminutas esferas atravesaron una puerta. Según la autopsia impactaron en la parte superior del cuerpo. Cabeza, cuello y rostro recibieron de lleno los pequeños y mortales proyectiles.
La tragedia ocurrió en una humilde vivienda de calle Italia, en la localidad de Santa Isabel. La víctima se encontraba reunida con otros dos amigos. Los presentes y testigos de la muerte fueron detenidos.
El aprehendido, Daniel Arangel declaró ante el magistrado de Instrucción Hugo Perassi con sede jurídica en la ciudad de Venado Tuerto. Años después fue declarado culpable por un Juez de Sentencia y condenado a cinco años de prisión. Los familiares de Arangel indicaron en la causa judicial que se trató de un accidente al dispararse la escopeta.
El Juez acusó a los jóvenes de homicidio calificado. La autopsia fue clara. Los perdigones recibidos en el cuerpo de Lemos habían sido disparados de la escopeta calibre 16 que los agentes policiales santafesinos había secuestrado en la humilde vivienda.
En ese momento, la Justicia dijo que el disparo se produjo en el interior del ambiente donde la víctima se encontraba. No se descartaba algún forcejeo o discusión anterior. También se defendió la hipótesis del disparo accidental.
En ese momento Daniel Arangel, (24) oriundo de Villa Cañás, el acusado tenía una causa anterior que no había llegado a cumplir
El padre
El padre de la víctima, identificado como Pedro Lemos no pudo soportar el dolor que sentía. Su vida se había convertido en una gran tragedia. Había pasado muchos meses. Una noche de noviembre con temperatura primaveral tomó su moto y fue transitando la ruta a Villa Cañas. Tenía un arma de fuego consigo. El pequeño vehículo quedó estacionado frente a la vivienda y sin dudar ingresó a la casa de Arangel y asesinó a balazos a la progenitora, Lidia Arista, (50 años), y a Héctor Fernando Armesto,(51) (su pareja).
El homicida egreso a Santa Isabel se detuvo en la farmacia propiedad la jueza de Paz del pueblo, Olga Cuminetti de Silvester. Con sangre fría apuntó a la cabeza y la mató de un tiro. Todavía nadie se explica de los motivos que tuvo el homicida.
Por otro lado, hirió a Marta Torres, que era la pareja del padre biológico de Daniel Arangel.
Torres resultó herida con un balazo en el tórax y fue internada en grave estado en una clínica de la ciudad de Venado Tuerto. El homicida desapareció. Un pueblo lo buscaba. Pocas horas después lo encontraron sobre la tumba de su hijo. Alrededor de su cuerpo había una gran mancha de sangre. Pedro Lemos se había disparado un balazo en el corazón. Había utilizado el mismo arma que le quitó la vida a varias personas. Una pistola marca Bersa 9 milímetros.
Un escalofrío corrió en el cuerpos de varios habitantes al enterarse que Lemos había confeccionado una lista de 10 personas que consideraba culpable directa o indirectamente de la muerte de su hijo.