Unos 550 argentinos mueren como consecuencia del melanoma, el tipo de cáncer de piel más agresivo y de peor pronóstico, según los reportes de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación.
Este valor representa un promedio de más de diez decesos semanales de una patología que, si bien suele presentarse con la edad, se desencadena -entre otros factores- en función del grado de exposición a los rayos solares que la persona tuvo durante la vida, fundamentalmente durante la infancia y la adolescencia.
Los especialistas recomiendan el diagnóstico temprano, para lo cual las personas deben estar atentos a cambios en los lunares, pecas o manchas de la piel, las uñas o la mucosa sobre la base del ABCDE del Melanoma (Asimetría, Bordes, Color, Diámetro y Evolución) y mantener como rutina la visita periódica al dermatólogo, sobre todo aquellos que presentan predisposición a padecer cáncer de piel.
Otros signos de alarma pueden ser sangrado, picazón, molestias o dolor, hinchazón y cambios del color de un lunar.
Entre los principales factores de riesgo de desarrollar melanoma, se encuentra la historia de exposición a rayos UV (ultravioletas, naturales o artificiales) en forma crónica, acumulativa o exposiciones intermitentes extremas que produjeron quemaduras de sol, tener ojos y/o cabello claro o pelirrojo, tener muchos lunares y los antecedentes familiares de melanoma.
«Cuando hablamos de melanoma, tenemos que tener en cuenta herramientas de prevención primaria, secundaria y terciaria. La primaria está dirigida a prevenir la aparición de lesiones malignas y está centrada en la foto-educación de la población», explicó la oncóloga Gabriela Cinat, jefa de las Unidad de Melanoma y Sarcoma del Hospital Oncológico Angel Roffo.
Cinat añadió que «se trata de evitar la exposición excesiva al sol, desaconsejándola entre las 10 y las 16 horas, y fundamentalmente durante los meses que poseen la letra ´r´(todos menos mayo, junio, julio y agosto); aplicarse con frecuencia protector solar FPS 15 o 30 o superior, según el tipo de piel y la actividad que se va a realizar».
«Especialmente si la exposición es en horario desaconsejado y durante meses estivales se recomienda utilizar sombreros, anteojos con protección para rayos UV y ropa que cubra la mayor parte de la piel posible. Se debe evitar el uso de camas solares para uso comético ya que, además de foto-envejecimiento, pueden inducir lesiones malignas», destacó la oncóloga. (InfoGEI)