(Por Manuel Tejo, de Agencia DIB )En la provincia de Buenos Aires se encuentran unas 32 especies de serpientes, muchas de las cuales habitan en zonas turísticas de río, mar y sierras. Con el calor, suelen mostrarse más activas. Por eso, las vacaciones de verano son un momento del año especial para verlas.
“En verano es más fácil ver serpientes, al igual que en otros momentos cálidos de primavera o de otoño, porque estos animales necesitan tener calor en el ambiente para poder vivir activamente. Por eso en invierno hibernan”, le explicó a DIB el naturalista el biólogo del Conicet Luis Alberto Giambelluca, autor del libro “Serpientes bonaerenses” (Edulp, 2015).
Asimismo, aclaró que, al no traspirar y no poder bajar su temperatura corporal (situación que les puede traer problemas), en algunos momentos del verano “las serpientes también se guarecen, lo que se lo llama estivación”.
Presencia en destinos
La mayor diversidad de serpientes en la provincia está en el noreste, en las zonas costeras del río Paraná y del Río de la Plata. En este sector se pueden encontrar unas 22 especies. En tanto, también tienen gran variedad los sistemas serranos de Tandilia (13) y Ventania (15).
“La distribución en la provincia tiene gradientes, siendo el lugar de mayor diversidad el noreste, sobre el litoral fluvial, disminuyendo hacia la depresión del río Salado. Luego se vuelve a incrementar al llegar a las sierras bonaerenses y baja abruptamente en la parte sur, al cruzar el río Colorado”, explica Giambelluca.
“En los distritos turísticos de las sierras bonaerenses podemos ver con cierta frecuencia la Falsa Coral (Oxyrhopus rhombifer) y las dos yarará de la provincia: la Yarará Grande o Víbora de la Cruz (Bothrops alternatus) y la Yarará Ñata (Bothrops ammodytoides)”, mientras que “en lo que son las costas del Río de la Plata, el río Paraná y el Delta se suman culebras las cuales son muy acuáticas, como la Culebra de Agua (Erythrolamprus semiaureus) y la Ojo de Gato (Dryophilax hypoconia), entre otras”.
En los municipios de la Costa Atlántica, los destinos turísticos más visitados en la provincia durante el verano, también hay varias serpientes. “En el litoral marítimo bonaerense se pueden ver culebras como la Verde y Negra (Erythrolampus poecilogyrus), Culebra Listada (Lygophis anomalus), Culebra Marrón (Paraphimophis rusticus), Culebra Ratonera (Philodryas patagoniensis), Falsa Yarará Ñata (Xenodon dorbignyi) y, en algunas partes, podemos encontrar a la Yarará o Víbora de la Cruz, entre otras”, cuenta el biólogo.
El impacto del turismo
Las poblaciones de serpientes se ven afectadas por las urbanizaciones. “Las ciudades causan una fuerte disminución en la cantidad de ofidios que uno puede encontrar. Ejemplos de esto son las zonas altamente urbanizadas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el AMBA, y el gran desarrollo inmobiliario que tiene la costa bonaerense”, indica el naturalista.
En el sector costero, además tienen impacto las actividades turísticas como la circulación de vehículos por las dunas y el uso de distintas zonas para la recreación. “También el ruido es una forma de contaminación que espanta a aves, micromamíferos y lagartijas que forman parte de la dieta de algunas serpientes”, explica Giambelluca.
Para aminorar los impactos negativos, el naturalista recomienda a los turistas “no andar con vehículos por cualquier lugar” y “no contaminar cuerpos de agua con residuos, ya que en ellos se crían los anfibios que luego serán el alimento de algunas serpientes”. “Si alguien ve una serpiente no es obligación matarla. Es más, es obligación salvarla de que sea atropellada o ajusticiada por otras personas”, subraya.
Recomendaciones
Giambelluca explica que de las más de 30 especies de serpientes que hay en la provincia de Buenos Aires sólo dos se consideran de alta importancia sanitaria: la Yarará Grande o de la Cruz y la Yarará Ñata.
Por otro lado, “hay un grupo menor con veneno no tan potente y con el diente inoculador en la parte posterior de la boca, lo que hace más difícil que se produzca una intoxicación por una mordida”, mientras que “el resto de las serpientes ni tienen veneno”.
“La mayoría trata de huir ante nuestra presencia. Lo mejor es no tratar de capturarlas, dejarlas que sigan su camino y si es necesario, llamar a bomberos o a grupos que sepan manejar serpientes”, indica el biólogo.
Además, recomienda “informarse”. Una herramienta disponible es la aplicación Serpientes Bonaerenses, desarrollada por el mismo Giambelluca. En esta se pueden ver los aspectos de cada especie, su distribución en la provincia y peligrosidad.
“En caso de haber sido mordido por una serpiente, es muy importante acudir a un centro de salud y no hacer ninguna práctica casera, como torniquetes, tajos en la herida, succionar o tomar bebidas alcohólicas. Lo mejor es calmarse, hidratarse, aflojar la ropa y pedir ayuda al 0800-222-9911 (Ceprotox) o al 911”, agregó el naturalista. (DIB)