Esta semana se realizó una donación de órganos y tejidos en el Hospital Gutierrez, de Venado Tuerto, que hizo posible cinco trasplantes de órganos. El proceso dio lugar a una intensa movilización de personal médico y auxiliar proveniente de distintas instituciones, incluyendo dos vuelos sanitarios operados en el aeródromo de la localidad del sur santafesino.
El coordinador de Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio) en el hospital, Martín Langone, explicó que “logramos la ablación de cinco órganos sólidos que permitieron cinco trasplantes. En todos los casos el receptor era de otra provincia, por lo que un aspecto fundamental fue la sincronización y urgencia en los traslados aéreos. El implante más notorio fue el cardiorrenal, en el que la misma persona recibe el bloque combinado de corazón y un riñón del mismo donante. Fue el primero del año de estas características en todo el país, y posiblemente haya salvado una vida”.
“También es para destacar que el hígado extraído se dividió en dos y así benefició con el trasplante a dos pacientes, uno infantil y otro adulto. Luego, el páncreas y el otro riñón también se asignaron a otros dos receptores en otra provincia. Además, se obtuvieron las córneas, que luego fueron enviadas para su procesamiento y almacenamiento en banco de tejidos, para su posterior implante”, concluyó Langone.
Desde el Cudaio destacaron “la coordinación logística que requirió la jornada. A Venado Tuerto llegó un equipo desde Rosario, para asistir en la coordinación y en la ablación de riñones y córneas, y dos avionetas desde otra provincia con equipos de trasplante que extrajeron los demás órganos y luego se llevaron todos para sus respectivos implantes”.
El proceso requirió largas horas de trabajo y la mención especial también incluye a la calidad profesional y el compromiso humano del personal del hospital Gutiérrez, así como la colaboración de la policía, agentes de la oficina de Tránsito y del aeródromo.
También se destaca la intervención del área legal de Cudaio, por medio de la abogada Sonia Sandmann, ya que debido a las características del deceso del donante tuvo que mediar una autorización judicial para las ablaciones. Esto demandó una gestión que fue ardua y minuciosa, además de urgente.(El Ciudadano)