Así fue resuelto por unanimidad en el marco de un juicio oral que finalizó esta mañana en los tribunales venadenses. La fiscal Andrea Cavallero representó a la Fiscalía en el debate y valoró que «se impuso la pena que solicitamos, por la calificación penal que propusimos en la acusación». Los hechos ilícitos fueron cometidos en reiteradas oportunidades durante cinco años.
Un hombre de 33 años fue condenado a 18 años de prisión por haber abusado sexualmente de su hija menor de edad en Venado Tuerto. Así fue dispuesto por unanimidad por un tribunal integrado por el juez Roberto Révori (presidente) y las juezas Paula Borello y Silvina Marinucci, en el marco de un juicio oral que finalizó esta mañana en los tribunales venadenses.
La fiscal Andrea Cavallero representó a la Fiscalía en el debate y valoró que «se impuso la pena que solicitamos, por la calificación penal que propusimos en la acusación». En tal sentido, detalló que «la condena fue por la autoría de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado (por el vínculo y por haber sido cometido contra una menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente) y amenazas coactivas».
La fiscal destacó que «la madre de la víctima participó de todas las jornadas de debate». En tanto, puntualizó que «también estuvo presente esta mañana en la audiencia en la que se leyó el veredicto», y agregó que «manifestó su conformidad con el trabajo realizado por el Fiscal».
Las iniciales del condenado son MNT. Su nombre completo no se informa con el fin de no revictimizar a su hija, quien tiene el mismo apellido que él.
Abusos y amenazas
Cavallero indicó que «el tribunal consideró acreditado ‘con absoluta certeza’ que el condenado agredió sexualmente a su hija en reiteradas oportunidades durante cinco años, desde la época en la que ella iba a la escuela primaria».
En los fundamentos de la sentencia, los jueces aseveraron que la niña «se encontraba en
estado de indefensión, vulnerable, ante el abuso de poder» ejercido por su padre. Además, resaltaron que «en lugar de protegerla, contenerla, educarla y brindarle su afecto, abusó sexualmente de ella, lo cual genera en su psiquis daños permanentes, irreparables y perpetuos».
En relación a los ilícitos, la fiscal relató que «la niña fue atacada por su padre en dos viviendas en las que él residía», y explicó que «ella iba de visita los fines de semana». En tal sentido, planteó que «para evitar que lo delatara, el condenado le decía a su hija que, si alguien se enteraba de lo sucedido, les iba a quitar la vida a otros integrantes de la familia», y subrayó que «incluso la amenazó de muerte con una cuchilla».
Cavallero señaló que «cuando la víctima ya era adolescente, se negó a seguir yendo a la casa de su padre», y precisó que «entonces él se comunicó con su expareja y le dijo que iba a prender fuego la casa en la que ella residía si la hija de ambos seguía con la misma determinación».
«Tiempo después y ante la negativa de su madre, la víctima volvió a convivir con el agresor y continuaron los abusos sistemáticos», sostuvo la funcionaria de la Fiscalía. «La última ocasión en la que fue atacada sexualmente, ella se fue del lugar y pidió ayuda a un vecino, quien llamó a la policía», concluyó.