Un hombre de 37 años cuyas iniciales son «MEA» comenzó a ser juzgado esta mañana como autor de delitos contra la integridad sexual cometidos en Venado Tuerto en perjuicio de las dos hijas –menores de edad– de la mujer que era su pareja.
El abusador al que identificaremos como «MEA» es juzgado como autor de abuso sexual con acceso carnal agravado (por la convivencia), en concurso real con promoción de la corrupción de menores agravada (por la edad de las víctimas) en perjuicio de las dos niñas.
La fiscal que investigó los hechos es Mariana Vidal. No obstante, en el debate oral que se inició esta mañana, los fiscales que representan a la fiscalia son Horacio Puyrredón y Andrea Cavallero, quienes solicitan una pena de 25 años de prisión.
El tribunal pluripersonal que está a cargo del debate está integrado por los jueces Paula Borrello, Eduardo Bianchini y Aldo Baravalle
Convivencia
“Los abusos en perjuicio de las dos niñas comenzaron a fines de 2016. Fueron cometidos en un descampado de Venado Tuerto y en la vivienda –ubicada en la misma ciudad– que compartían el acusado y las dos víctimas a raíz de la relación de pareja que tenía el hombre con la madre de las menores”, señalaron los fiscales.
Puyrredón y Cavallero indicaron que “al momento que comenzaron a sufrir los ilícitos, las niñas transitaban su escolaridad primaria”. En tal sentido, los funcionarios del MPA aclararon que “la investigación iniciada por la fiscal Vidal comenzó a raíz de una denuncia radicada por la madre de las víctimas, quien tomó conocimiento de lo que ocurría en función de que una de las menores manifestó en el ámbito escolar los padecimientos que venía sufriendo”.
Daño
“El primer daño que se puede observar claramente es la integridad sexual violentada de las dos niñas con quienes el hombre convivía”, subrayaron los fiscales. “De la misma manera, con su accionar, el acusado dañó la libertad de las menores a poder desarrollarse sexualmente de manera acorde a su edad y pudiendo tomar ellas las decisiones sobre su cuerpo”.
Puyrredón y Cavallero puntualizaron que “es claro que no hubo consentimiento atento a que ambas víctimas eran menores de 13 años al momento de ser abusadas y corrompidas. Estaban incapacitadas para comprender el sentido de lo que el acusado les hacía”.
También sostuvieron que “para cometer los abusos, el hombre amenazaba a las dos niñas y les decía que si contaban lo ocurrido mataría a su madre. Además, les decía que si alguien se enteraba les pegaría y se llevaría a otro lugar a un hermanito más pequeño que también vivía en el lugar”. Los fiscales añadieron que “de esta manera, el hombre lesionó la libertad de las menores”.
Los fiscales también hicieron hincapié en el daño psíquico producido a las menores. “El acusado sacaba fotos mientras las abusaba, les hablaba de temas inapropiados para su edad y les exhibía videos pornográficos”, afirmaron y concluyeron que “la frecuencia, la modalidad y la intensidad del accionar del acusado, la diferencia de edad con las niñas y la relación que los unía, tienen entidad suficiente para adelantar el libre y normal desarrollo de la sexualidad de las menores”