Un hombre de 37 años identificado como Mauro Ezequiel Alaniz fue condenado a 20 años de prisión como autor de delitos contra la integridad sexual cometidos en Venado Tuerto en perjuicio de las dos hijas –menores de edad– de la mujer que era su pareja. Así lo dispuso por unanimidad el tribunal pluripersonal integrado por los jueces Eduardo Bianchini (presidente), Paula Borrello y Aldo Baravalle en el marco de un juicio oral y público que finalizó en los tribunales venadenses.
Por los ilícitos cometidos en perjuicio de las dos víctimas, Alaniz fue condenado como autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado (por el aprovechamiento de la convivencia preexistente), en concurso ideal con promoción de la corrupción de menores agravada (por la edad de las víctimas). A su vez, los hechos fueron atribuidos en concurso real por ser dos las víctimas de hechos de similar carácter.
La fiscal que investigó los hechos es Mariana Vidal. No obstante, los fiscales Horacio Puyrredón y Andrea Cavallero representaron a la fiscalia en el debate oral. Con respecto a la resolución de los magistrados, Puyrredón destacó que “la decisión fue tomada por unanimidad y el fallo es ejemplar por el monto de la pena para los delitos por los que fue condenado Alaniz”.
Acerca de la ejecución del juicio, el funcionario de la Fiscalia también valoró “el trabajo en equipo que realizó la Unidad Fiscal de Venado Tuerto en el contexto de pandemia que estamos atravesando” y agregó que “con la fiscal Cavallero tomamos la causa que llevaba adelante la doctora Vidal, la preparamos para ir al debate y dejamos de lado nuestra actividad diaria, que fue cubierta por otros fiscales de la Unidad que estuvieron a la altura de las circunstancias”.
En Venado Tuerto
Puyrredón y Cavallero recordaron que “los abusos en perjuicio de las dos niñas comenzaron a fines de 2016 y ocurrieron en un descampado y en una vivienda de Venado Tuerto que el condenado compartía con las víctimas”. Y agregaron que “Alaniz convivía con las niñas a raíz de la relación de pareja que tenía con la madre de las menores”.
Los funcionarios relataron que “las víctimas transitaban la escolaridad primaria cuando comenzaron a sufrir los abusos”. Al respecto, aclararon que “la fiscal Vidal inició la investigación a partir de una denuncia radicada por la expareja del condenado, quien tomó conocimiento de lo que ocurría porque una de las menores lo manifestó en el ámbito escolar”.
Daño
Los fiscales sostuvieron que “para cometer los abusos, Alaniz amenazaba a las dos niñas y les decía que si contaban lo ocurrido mataría a su madre”. Además, “les manifestaba que si alguien se enteraba les pegaría y que llevaría a otro lugar a un hermanito más pequeño que también vivía en la casa”, agregaron.
Puyrredón y Cavallero también hicieron hincapié en el daño psíquico que sufrieron las menores y señalaron que “el condenado les sacaba fotos mientras cometía los ilícitos, además de hablarles de temas inapropiados para su edad y de mostrarles videos pornográficos”.
“La frecuencia, la modalidad y la intensidad del accionar del condenado, la diferencia de edad con las niñas y la relación que los unía, tienen entidad suficiente para adelantar el libre y normal desarrollo de la sexualidad de las menores”, explicaron los fiscales. En tal sentido, puntualizaron que “es claro que no hubo consentimiento atento a que ambas víctimas eran menores de 13 años al momento de ser corrompidas, y estaban incapacitadas para comprender el sentido de lo que el condenado les hacía”.
“El daño que se puede observar claramente es la integridad sexual violentada de las dos niñas con quienes Alaniz convivía”, subrayaron los fiscales. “Con su accionar delictivo, el condenado dañó la libertad de las menores de poder desarrollarse sexualmente de manera acorde a su edad y de tomar decisiones sobre sus propios cuerpos”, concluyeron.