La tranquilidad que seguía a la misa dominical en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Vedia se transformó en caos cuando, alrededor de las 14 horas, una congregante descubrió horrorizada que el cielorraso de la iglesia se desplomaba, dejando al descubierto el techo de tejas. Por fortuna, el incidente ocurrió después de la misa, evitando así potenciales tragedias durante el servicio religioso.
Los daños, por suerte, se limitaron a lo material. Sin embargo, este evento sirvió como una advertencia de la urgente necesidad de atender las preocupaciones estructurales que ya habían sido señaladas por colaboradores y fieles de la iglesia. Grietas en el sector afectado habían sido observadas previamente, pero la falta de recursos económicos había pospuesto las necesarias reparaciones. Las recientes lluvias y filtraciones, tan comunes en la región en los últimos tiempos, probablemente hayan exacerbado la situación.
La rápida intervención de los Bomberos Voluntarios, liderados por el Jefe del cuerpo activo, Ezequiel Asurabarrena, fue vital. Ante el peligro latente de más desprendimientos, se decidió clausurar el acceso a la iglesia hasta que se realizaran evaluaciones exhaustivas y pericias correspondientes.
El episodio del derrumbe del cielorraso en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Vedia, aunque alarmante, terminó convirtiéndose en un recordatorio de la importancia de la vigilancia y el mantenimiento adecuado de los edificios religiosos, así como de la fortuna de que no haya habido heridos en este evento.