Producción Periodística: Luis Emilio Blanco Carlos Walter Barbarich (La Capital)
Una mujer parapléjica denunció en la Fiscalía de Melincué haber sido estafada por su abogado y su cuñada quienes le hicieron firmar la cesión hereditaria de unos campos que compartía con su hermano fallecido en el año 2011 a favor del letrado y de la ex cuñada. La mujer, Mirta Brancaccio (68), dijo que la embromaron con unas firmas y culpó a su ex abogado de Elortondo, Roberto Diez a quien acudió porque el profesional le había prometido que la iba a hacer jubilar; cosa que nunca sucedió. El caso fue investigado, desde el año 2015, por el fiscal Matías Merlo y está próximo a ser elevado a juicio. Por su parte el abogado Diez negó esa versión
Además por si fuera poco está involucrado –según el fiscal que lleva adelante la investigación, Matías Merlo- un escribano rosarino que fue quien certificó firmas que avalaba la cesión de bienes hereditarios al abogado y su ex cuñada (Susana M.) de parte de Mirta Brancaccio.
La mujer vive en Elortondo pero posee una pequeña chacra en la que con la ayuda de un peón rural, cría cerdos. Todos los días “de lunes a lunes yo vengo al campo a ver mis animales”, dijo Mirta quien pese a su imposibilidad para desplazarse, va todos los días en su auto para discapacitado motriz y observa desde el asiento del conductor. La disputa es realmente millonaria ya que se trata de varias hectáreas de campo y dos inmuebles en la localidad de Elortondo.
Mirta contó a este diario que había contratado al abogado de Elortondo para terminar el trámite sucesorio e iniciar el de su jubilación. El profesional, y en el marco de la confianza otorgada por la clienta, le hizo firmar documentos donde le cedía sus derechos y acciones hereditarias. En cuanto a la jubilación, nunca la concretó pese a que Mirta le daba dinero para ese trámite cuando Diez se lo pedía.
Con todos estos elementos el fiscal Matías Merlo, quien ahora es Fiscal Regional, ordenó allanamientos en el estudio jurídico de Elortondo y en la escribanía en Rosario para saber si realmente como se decía, Mirta podía haber viajado para firmar la cesión de derechos hereditarios en la escribanía.
Merlo explicó que “detectamos que si bien la mujer manejaba su vehículo adaptado, al triangular su celular observamos que el día que aparece como firmada la escritura, no estaba en Rosario. A su vez observamos que ese mismo día además de la cesión de derechos al abogado, había un testamento cediendo bienes a otra persona de Elortondo”.
ABOGADO NIEGA EL ILICITO
El abogado de Elortondo Roberto Diez, acusado por la fiscalía de Melincué de estafar a su ex clienta discapacitada Mirta Brancaccio, desmintió ese hecho denunciado por el fiscal Matías Merlo y señaló que “este caso también está siendo fisgoneado en los medios de comunicación y redes sociales por un grupo de profesionales de distintos rubros (periodistas, abogados y escribanos) que mezclan cuestiones personales, laborales y que además no soportan ver mi estudio jurídico lleno de clientes mientras ellos están mendigando trabajo ahogados en su propio fracaso”.
Diez explicó que “junto a la Susana Martínez (ex pareja del difunto Juan Carlos Brancaccio), la cuñada de la denunciante Mirta Brancaccio, celebramos un negocio donde le adquirimos a Mirta la nuda propiedad de una parte indivisa de derechos hereditarios que le pertenecían en la sucesión de sus papas Giro y Elsa. Mirta, que era mi cliente, al celebrar las escriturar nunca perdió el usufructo de sus derechos hereditarios. Solo adquirimos la nuda propiedad de una parte indivisa de derechos hereditarios y jamás adquirimos inmuebles”.
El letrado sostuvo dijo que; “Me considero muy inteligente y estudioso, por lo que resulta muy tonto y ridículo suponer que mi intención era desapoderarla, sabiendo que a los 30 segundos de celebrar las escrituras denunciadas, ante la mínima petición de la denunciante, cualquier juez hubiera decretado la nulidad de los escrituras en cuestión y vuelto atrás el negocio jurídico celebrado, sin tener que efectuar una denuncia penal”.
Enemigas
El abogado elortondonse explicó que “lo que ocurrió en realidad es que la denunciante Mirta Brancaccio, antes de formular la denuncia, tenía una paupérrima relación con su hermana Olga, que duró por más de 20 años. Ella sabía que a su muerte, su hermana Olga iba a heredar sus bienes y también se rumoreaba de la existencia de hijos no reconocidos de su hermano Juan Carlos a quien tampoco les quería dejar nada a su muerte. Fue en medio de esta situación familiar que negociamos la venta que ella voluntariamente accedió a realizar. Todo el pueblo sabia de los serios conflictos familiares de los hermanos Brancaccio, que también quedaron plasmados en convenios celebrados entre ellos, en causas penales y en denuncias policiales”.
Sostuvo además que “luego de morir Juan Carlos Brancaccio en 2011, Mirta se reconcilió con su hermana Olga, (apodada Nina) quien le habría llenado la cabeza diciendo que la ex pareja de su hermano, Susana Martínez, y yo, la habíamos estafado. Pero ello resulta ridículo, porque si hubiera existido verdadera intención de estafar a la denunciante, hubiéramos instrumentado el negocio con escrituras que no sean pasibles de nulidad para que el negocio sea perfectamente válido”.
El letrado Diez explicó que “el supuesto odio y aberración que tiene la denunciante y su hermana Olga hacia la persona la cuñada, hizo que yo quedara en medio de esta causa penal de la cual soy totalmente ajeno, al igual que su cuñada. Resulta raro que desde el 2010 que se celebraron las escrituras, la denunciante ni siquiera entablo demanda civil de nulidad absoluta de las mismas”.
“Lo que ocurrió es que la denunciante, por presunta presión de su hermana Olga, se arrepintió de un negocio jurídico que celebró voluntariamente con su cuñada Susana Martínez y conmigo, todo a causa de graves conflictos familiares. Las hermanas Brancaccio jamás aceptaron dentro de la familia a su cuñada y la consideraron siempre mala persona”, dijo Diez.
Agregó que “todo Elortondo sabe que fue Martínez la que cuidó como nadie, por más de 10 años, a Juan Brancaccio (hermano de la denunciante). Le cambió hábitos de vida, costumbres alimenticias y de aseo personal. Y eso jamás fue aceptado por la hermanas Brancaccio. Al enterarse Olga de este negocio, hizo todo lo posible para que Mirta nos denunciara con el agravante que nos encontramos con un fiscal que no entiende que el derecho penal no puede ser escindido del derecho civil y más en un caso como el que nos ocupa”.
Contra el fiscal Merlo
“El fiscal Matías Merlo cree que mi accionar de presentar una escritura de cesión de derechos en el juicio sucesorio de los padres de la denunciante es completar un plan de desapoderamiento, desconociendo que la presentación se hace solo para cumplir con un manda jurisprudencial que obliga la publicidad de las escrituras en el expediente sucesorio para tener virtualidad jurídica frente a terceros”.
Agregó que “se agarra el fiscal de que la denunciante es una persona en sillas de rueda y que por su condición resulta fácil aprovecharse de ella. Quien la conoce sabe que es todo lo contrario: es una persona igual a cualquier otra”.
Sostuvo además, con respecto a Mirta Brancaccio, que “maneja sus finanzas inteligentemente. Hace sus operaciones bancarias sola, concurre al acopio de cereales como cualquier persona de campo. Es muy buena criando ganado porcino, baja y sube a su auto casi sin ayuda. Concurre sola a su campo. Por supuesto que recibe ayuda, pero no por esa circunstancia es una persona fácil de aprovechar por su condición como dice el fiscal Matías Merlo”.