Una familia que fue desalojada se fue a vivir a un motel abandonado

(La Capital)n Una pareja con su hijo de 14 años y una anciana de 85 fueron desalojados de la vivienda que alquilaban desde hace 20 años en la ciudad de Venado Tuerto y ocuparon una parte del predio de un r viejo motel abandonado, que está ubicado en la famosa curva de Pastorino, en el kilómetro 360 de la ruta nacional número 8.

 

La familia , dedicada a la pesca desde hace siete años, no pudo obtener la licencia para pescar en la laguna La Picasa y desde hace un año no encuentra el modo de generar los recursos necesarios. Con sus pertenencias cargadas en un flete, tras ser desalojados el 31 de agosto, la familia enfiló directamente hacia el predio del motel.

 

Los Cabrera son una familia común de clase media baja que, al no poder contar con los recursos necesarios para solventar el alquiler de la casa que habitan, fueron desalojados el último día de agosto. La orden de desalojo recibió el 16 de agosto y en ese lapso de 15 días, hasta que finalmente fueron desalojados, no consiguieron los medios para poder reubicarse y tampoco para cancelar la deuda que tenían con el dueño de la propiedad que alquilaban.

Pese a que el monto de la casa que alquilaban, ubicada calle Angel Rex del barrio Ciudad Nueva, era de apenas cuatro mil pesos mensuales, los Cabrera no pudieron afrontar la deuda que se les había originado con el paso de los meses y fueron desalojados. La familia está compuesta por Gerardo, de 56 años; su esposa Nanci, de 39 años; el hijo de ambos, de 14, más la mamá de Cabrera, de 85 años.

El motel de Pastorino fue construido entre 1977 y 1978 y nunca fue inaugurado. Tenía 20 habitaciones y, pese al paso del tiempo, aún se conserva en aceptables condiciones. “El 31 de agosto hubo que cargar todas nuestras pertenencias en el camión del flete y, al no tener adónde ir; decidimos ir al viejo motel de Pastorino ”, contó Nanci. Ese lugar está ubicado a casi diez kilómetros de centro de Venado Tuerto ya la vera de una peligrosa curva.

A Nanci no le gusta hablar de usurpación ya que en rigor lo que están ocupando es el predio donde estaba emplazado el viejo motel. El hijo y la abuela de 85 años duermen en una casilla mientras que Nanci y Gerardo lo hacen en el auto. Lo que sí están utilizando son dos piezas para guardar los muebles que tenían en la casa que habitaban previo al desalojo.

Lo cierto es que el predio, inmerso en un pequeño monte impenetrable, fue desmalezado por los Cabrera y ahora se lo puede divisar desde lejos ya que anteriormente el pequeño monte, que se había formado por el paso del tiempo y la falta de mantención, casi no dejaba ver la silueta del viejo motel abandonado a fines de los años 70.

La pandemia, como no podía ser de otro modo, les complicó la vida a los Cabrera. Es que ellos vivían de la pesca desde hacía siete años. Pero en el último año no pudieron hacerlo más ya que no pudieron contar con la licencia que los autorice a pescar. Nanci relató a este diario que “nosotros pescábamos, limpiábamos los pejerreyes y luego los vendíamos en la ciudad”.

Esa actividad la llevaban a cabo en la laguna La Picasa. Allí había varios pescadores que se dedicaban a lo mismo, que en su mayoría eran de la localidad de Diego de Alvear. Para regular un poco la cuestión de la pesca los pescadores comenzaron a pedir licencias para pescar, ya que cuando los detectaba la policía o la Gendarmería les decomisaba los peces.

Nanci sostuvo que recurrió a todo tipo de ayuda, fundamentalmente de dirigentes políticos. “Fui a Acción Social de la Municipalidad, me acerqué al Concejo para hablar con los concejales, hablé con el intendente Chiarella y con el senador Lisandro Enrico y ahora estoy esperando que me den una mano. Yo no quiero que me regalen nada sino que me ayuden para poder salir de esta situación. A nadie le gusta estar tirado y vivir de la manera que lo estamos haciendo ahora”, resaltó la mujer.

En principio parece fácil la solución, ya que lo que piden Nanci y su esposo Gerardo Cabrera es que les den la licencia para poder pescar nuevamente. “Necesitamos ese permiso o licencia para no tener inconvenientes con Gendarmería o la policía”.

Nanci contó que su esposo deberá afrontar una operación que, si bien no es de riesgo, le implicará no poder trabajar normalmente en los próximos meses. “Cualquier trabajo que me pueda dar será bienvenido. Además, esperamos que podamos obtener la licencia para volver a pescar, que era de lo que vivíamos ”. El teléfono de contacto es 3462-368847.