La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner habló por primera vez desde el cambio de Gobierno sobre Javier Milei en un duro documento de 33 páginas, en el que afirma que hay un “showman-economista en la Rosada” y donde advierte que una de las propuestas de su gestión, la dolarización, “significaría perder para siempre la posibilidad de desarrollo” de la Argentina.
“En el día de San Valentín y, como siempre, enamorada de la Patria comparto con ustedes el documento de trabajo ‘Argentina en su tercera crisis de deuda. Cuadro de situación’. Va con cita de Juan Bautista Alberdi”, escribió Fernández.
En el texto, compartido a través de sus redes sociales, la expresidenta 2007-2015 sostiene que Argentina “está atravesando la tercera crisis de deuda incubada en el gobierno de Mauricio Macri por el brutal endeudamiento contraído con fondos de inversión, agravado por el retorno del FMI a nuestro país con un préstamo de volumen y condiciones inédito y escandaloso”.
Tres partes
Cristina Fernández de Kirchner divide las crisis de deuda en tres períodos. El primero, entre 1976 y 1989, es de “la primera experiencia neoliberal de la economía en Argentina” con la dictadura cívico-militar: “Junto a la valorización financiera y la inflación apareció el dólar como objeto de deseo y comenzó a consolidarse el bi-monetarismo en nuestro país”. Pero “la Argentina se endeudó y la inflación escaló a niveles nunca antes conocidos”. El Gobierno de Raúl Alfonsín intentó llegar a una solución pero terminó entregando el poder de manera anticipada tras una crisis de hiperinflación.
La segunda crisis de deuda, según la expresidenta, ocurrió entre 1989 y 2001, con los Gobiernos de Carlos Saúl Menem y Antonio de La Rúa. En 1990 “se inicia en Argentina el plan de privatizaciones de todos los activos del Estado: YPF, Aerolíneas Argentinas, SEGBA, Obras Sanitarias, SOMISA, Correo Argentino, ENTEL, etc” y “comienza así la segunda experiencia neoliberal de la economía en la Argentina”, que en 2001 “desembocaba en la segunda crisis de deuda y se producía la segunda apropiación de los ahorros de los argentinos”. Esa crisis terminó con la reestructuración llevada a cabo por Néstor Kirchner.
Y en 2016, en palabras de Cristina Fernández de Kirchner, “comienza la tercera crisis de deuda -aún en tránsito- y su necesario complemento: ruptura del Estado de Derecho”. El FMI “otorgó al gobierno de Mauricio Macri un préstamo por 57.000 millones de dólares, desembolsando 45.000 millones de dólares que fueron utilizados, en su mayoría, para la fuga de capitales especulativos que habían entrado en Argentina hasta ese mismo año. Más que un préstamo se trató de una monumental estafa”. Pero el proceso inflacionario subsiguiente “hizo fracasar el intento reeleccionista de Mauricio Macri, convirtiéndose en el primer presidente que lo intenta y no lo logra”.
“Un caos planificado”
Ahora, tras el Gobierno de Alberto Fernández y la autora del texto, llega “un showman-economista en la Rosada”, con un Presidente que “se declara libertario, anarco capitalista, enemigo del Estado, seguidor de la escuela económica austríaca -corriente de pensamiento que no aplica en ninguna parte del mundo-, su propuesta central durante la campaña electoral fue ajuste y dolarización y sostiene que la principal causa de la inflación es la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal”.
Cristina Fernández, no obstante, asegura que “no sería preciso calificar a este gobierno como la cuarta experiencia neoliberal”, ya que “las características del discurso y de la praxis política del nuevo Presidente, como la de sus equipos en las distintas áreas, colocan al Gobierno en un plano que va más allá de lo disruptivo y lo llevan a un lugar que la Argentina nunca conoció”.
“Hasta el momento, el nuevo Gobierno sólo ha desplegado un feroz programa de ajuste que actúa como un verdadero plan de desestabilización y que no solo retroalimenta el espiral inflacionario colocando a la sociedad al borde del shock, sino que además provocará irremediablemente el aumento de la desocupación y la desesperación social en una suerte de caos planificado“, sostiene el documento.
Y agrega: “Es más que evidente que en la cabeza del Presidente el único plan de estabilización es el de la dolarización. No se explican las medidas adoptadas en otro marco teórico”.
“En realidad, el master plan de Milei no difiere mucho del que llevó adelante la dictadura cívico-militar en lo que hace a la apertura indiscriminada de la economía y la desregulación laboral de hecho, ni del de las privatizaciones de los años ’90”, afirma la expresidenta. Y asegura: “Así las cosas, si queda vigente el DNU 70/2023 y si se aprueba el RIGI incluido en el proyecto de ley ’Omnibus’, Argentina ingresaría inerme a un proceso de extranjerización irreversible en un siglo XXI que se caracterizará por la disputa del dominio sobre la tierra, el agua y los recursos naturales”.
“Patente de corso”
En las conclusiones del trabajo, Fernández de Kirchner asegura que “la dolarización significaría perder para siempre la posibilidad de desarrollo de nuestro país”.
Agrega que “otorgar patente de corso para que Milei y (el ministro de Economía, Luis) Caputo sigan endeudando al país en dólares, mediante la derogación de las leyes de Sostenibilidad de la Deuda y la eliminación de las restricciones existentes en materia de reestructuración de deuda externa, significaría una verdadera catástrofe de carácter irreparable”.
También analiza que “el resultado electoral y las divisiones políticas posteriores conformaron un Poder Legislativo más fragmentado aún” y señala que “la situación del país y la responsabilidad de quienes han sido elegidos para gobernar y legislar van a requerir la construcción de un sistema de acuerdo parlamentario”.
Y finalmente, en un inciso referido a las provincias, Cristina Fernández de Kirchner sostiene que éstas “necesitan los recursos que les corresponden por leyes, decretos o acuerdos previos que surgen del presupuesto 2023 -que es ley de leyes- y que les están siendo ilegalmente retenidos“. (DIB)