La municipalidad de Chacabuco fue denunciada ante las autoridades de medioambiente en la provincia por enterrar mercadería decomisada de un supermercado con sus envoltorios plásticos, generando daño ambiental. El procedimiento que realizó Tránsito fue cuestionado masivamente por los ciudadanos y por dirigentes políticos. La municipalidad tuvo que terminar desenterrando la mercadería.
Como un “show”, el procedimiento contó con cobertura en vivo de algunos medios que mostraron cómo la municipalidad ordenó enterrar los alimentos en un pozo con sus respectivos envoltorios y envases; megaoperativo que incluyó presencia de funcionarios como, la directora de Bromatología, Josefina Campagnon, entre otros, en tanto que los alimentos fueron cargados sueltos en la caja de un patrullero de tránsito.
Según consigna el portal La Posta Chacabuco, el hecho no es usual. Por lo general, a quienes se le realizan controles o decomisan mercaderías es un hecho administrativo. El supermercado recibió todas las críticas, que luego se desplazaron a la municipalidad que estaba contaminando, enterrando materiales no biodegradables.
El accionar del municipio sin conciencia ambiental y escaso profesionalismo contrastó con lo que sucede en otros municipios. Entre las opiniones que merecen reproducirse hubo una voz que dijo “Yo separo en origen los residuos, y el municipio hace esto…”. Lo que dejó al descubierto una realidad mayor: Chacabuco no tiene un programa de reciclaje, ni un programa de saneamiento de los basurales que día a día crecen y contaminan.
Comparación
Muy diferente a las acciones de otros municipios de la zona como Pehuajó (con un programa único de saneamiento de basurales), Alberti (que aplica un programa de reciclaje con gran éxito), General Viamonte (con la recolección de residuos separados por domicilio), entre otros.
Desde el bloque de concejales del Frente de Todos, el concejal Santiago Carnaghi (La Cámpora) realizó la denuncia ante el Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires y publicó un comunicado titulado “No es un error, es desidia y ausencia de política ambiental”.
Accionar impune
Carnaghi sostuvo que “quedó al descubierto una vez más la impunidad con la que se maneja el Gobierno Municipal” y apuntó la responsabilidad del episodio a Darío Ciminelli, funcionario que retornó al gabinete después de un largo intervalo y asumió en un área nueva, la Inspección General de Gobierno, creada a medida y que reúne diversas competencias.
“Lo más llamativo es que las 3 áreas que intervinieron: bromatologia, tránsito y ambiente, dependen de la recientemente creada ‘Inspección General de Gobierno’, a cargo de Dario Ciminelli lo que evidencia la incapacidad de gestión”, señaló el concejal.
Denunciantes
De esta forma, el reclamo fue denunciado por el concejal Carnaghi y la diputada provincial Micaela Olivetto ante las autoridades públicas. La diputada se hizo eco del planteo del concejal: “o no están capacitados para el cargo que ocupan, o no les importa nada el impacto ambiental que producen. Sea cual sea el motivo, debemos colaborar y ocuparnos. Por eso pedimos intervención del Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires”.
El episodio, además, vino a empañar el relanzamiento de la imagen del intendente Aiola, que desde hace un mes volvió a visitar diferentes lugares públicos y a dialogar con vecinos. Hasta hace poco el intendente mantuvo en manos del concejal Alejo Pérez o del secretario Ignacio Orsini su representación. Una opinión generalizada lo asocia a la cercanía del proceso electoral: a esta altura del próximo año estaremos votando.
Decomiso dudoso
En tanto que la empresa titular del supermercado Ramco SA publicó una solicitada señalando que la mercadería decomisada en ningún caso superó los diez días de vencimiento, que no hubo objeciones sobre las condiciones de higiene, que se decomisó mercadería que no estaba a la venta y que los funcionarios demostraron ignorar el procedimiento a seguir.
Desde la empresa apuntaron a la responsable de Bromatología señalando que no pudo determinar de qué forma se procedió con la “desnaturalización” de la mercadería decomisada. (InfoGEI)