En el extenso territorio de la provincia de Buenos Aires se pueden encontrar cavidades de diferentes características distribuidas en sus formaciones serranas (Tandilia y Ventania), en barrancas cercanas a cursos de agua y en acantilados de mar.
Las cavidades en la tierra pueden dividir entre las que tienen menor desarrollo como aleros (a los que les llega la iluminación solar) y aquellas más profundas como cuevas y cavernas. En la provincia de Buenos Aires, algunas se encuentran en zonas protegidas o preservadas por diferentes normativas.
En el norte bonaerense, hay cuevas en las barrancas del río Paraná. “Las barrancas bonaerenses del río Paraná se originaron por procesos de erosión costera (dinámica de cauce fluvial e inundaciones) y por la marcada influencia de las transgresiones y regresiones marinas del Holoceno y finales del Pleistoceno”, explica el investigador Damián Voglino en su trabajo “Un escalón en la llanura”, del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar).
En este documento científico se explica que existen cerca de 20 cavernas en este sector provincial y que la cueva con dimensiones más grandes de la formación es la de la Salamanca, en el distrito de San Pedro. La misma cuenta con “6 metros de altura y más de 50 metros de profundidad”.
El trabajo también detalla que la mayoría de las cavernas del Paraná bonaerense son “simples túneles horizontales”, aunque “también se observan galerías con bifurcaciones y varias cámaras, como en la cueva de los Lechuzones o del Tigre en el partido de Ramallo” o cavidades “con derrumbes” en San Pedro.
Otra zona de la provincia con diversas cavidades es la de Barker, en el distrito de Benito Juárez. Estas cuevas están inscriptas en el sistema serrano de Tandilia. Un trabajo publicado por la Asociación Grupo Espeleológico Argentino (GEA) publicado en 2009 enumera unos 20 huecos en este sector bonaerense.
La Cueva Oscura es una de las cavidades más llamativas de Barker. Ésta tiene un desarrollo de 52 metros y cuenta con dos bocas de entrada. La GEA señala que cuenta con oscuridad “casi absoluta” y chorreaduras en las paredes de “óxidos de hierro y otros minerales”.
También se destaca en Benito Juárez la Cueva de Oro, una cavidad que cuenta con un solo ingreso y un sector con agua. “El cuerpo de agua se alimenta mayormente de filtraciones en el techo y presenta una delgada película en suspensión que al reflejar los rayos solares da un efecto dorado o fuertemente amarillento a sus aguas durante el día. Este fenómeno le dio el nombre a la gruta”, explica el documento del Grupo Espeleológico.
En 2001, parte de esta zona serrana fue declarada de Interés Provincial a través de la Ley bonaerense 12.612. En los considerandos la normativa destacó la existencia de las cuevas y señaló que “el área ofrece una riqueza histórica muy importante” ya que “fue un lugar de asentamiento de las principales etnias y parcialidades autóctonas en los tiempos del arribo español”.
En las sierras de Ventania también pueden encontrarse diversas cuevas y aleros. Entre ellas están la Cueva del Diablo, la Cueva Florencio, la Cueva del Bobo, la Cueva Cascada de los Helechos y la Cueva del Encuentro. Algunas de las cavidades ubicadas en este sector montañoso albergan pinturas rupestres.
Además, hay destinos con huecos en el terreno para conocer en zonas marítimas de la provincia. Uno de estos es el paraje Las Grutas, ubicado en el distrito de Necochea. Se trata de una zona de acantilados erosionada por el mar y con pequeñas cuevas realizadas por loros barranqueros que supieron habitar ese lugar.
Entre otras cavidades bonaerenses se pueden mencionar la Cueva del Tigre, ubicada a orillas del río Quequén Salado, donde supo refugiarse el legendario cuatrero Félix Pacheco (conocido como “El Tigre del Quequén”); y las cuevas maragatas, cavadas como viviendas por colonos españoles en el siglo XVIII en barrancas del río Negro, en la zona de Carmen de Patagones. (DIB)