Tuvo fiebre hemorrágica y ahora su plasma permite salvar a 50 personas por año

Analía Elena tiene lo que podría llamarse un «superpoder», y es consciente de ello: el plasma de su sangre es el tratamiento ideal para quienes padecen Fiebre Hemorrágica Argentina, una enfermedad viral transmitida por roedores y común en las zonas rurales de la provincia de Buenos Aires. Con generosidad, Elena dona su plasma cada dos meses, y con sus donaciones puede salvar la vida de aproximadamente a unas 50 personas, cada año.

Como todos aquellos que han superado esta enfermedad, el plasma de su sangre contiene anticuerpos contra el virus Junín, causante de la Fiebre Hemorrágica Argentina, lo que lo convierte en el tratamiento más efectivo para quienes la contraen. Sin embargo, su caso tiene una característica única: “Cuando se analiza el plasma, se mide la cantidad de anticuerpos contra el virus que tiene una persona en sangre, conocido como ‘título’. En promedio, los donantes tienen un título de 120, pero ella tiene 5.200”, explica Rodrigo Sosa, asesor del Instituto Provincial de Hemoterapia.

Este «superpoder» de Analía permite que su plasma pueda dividirse para tratar y curar a muchos más pacientes que el de un donante común. No se conoce una explicación definitiva de por qué se desarrollaron tantos anticuerpos, pero se sabe que esto depende de la respuesta inmune de cada individuo, que varía de un organismo a otro. El caso de Analía es verdaderamente excepcional.

Primera donación

En su primera donación, le informe sobre su condición particular y la enorme oportunidad de ayudar a otras personas a recuperarse. Sin dudarlo, se inscribió como donante registrado en 2020 y, cada dos meses, acude al hospital provincial Narciso López de Lanús, el más cercano a su domicilio, para ofrecer su plasma sanador.

Alejandra Pazos, jefa del servicio de Hemoterapia en ese hospital público de Buenos Aires, confirma que el nivel de anticuerpos de Analía es notablemente alto, pero subraya que cualquier persona que haya superado la Fiebre Hemorrágica Argentina puede contribuir a la recuperación de nuevos pacientes. Lo importante es informarse, acudir al centro de donación más cercano y donar sangre.

Salvadora de vidas

«Analía es una persona joven con títulos altos de anticuerpos, por lo tanto, su donación salva entre 7 y 10 vidas cada vez que dona, es decir, unas 50 personas al año», estima Pazos. También alienta a todos aquellos que han superado esta enfermedad a ser solidarios y donar plasma, un procedimiento sencillo, indoloro y crucial para evitar las secuelas que el virus puede producir.

Cuando Analía contrajo la enfermedad, tenía solo 6 años, en 1981, cuando vivía en Acevedo, un pequeño pueblo rural cerca de Pergamino. “Creo que me contagié jugando en el campo; Tuve una fiebre leve y mi mamá me dio una aspirina; al poco tiempo, me encontré en un charco de sangre y fuimos corriendo al hospital”, relata Analía. No se registró cómo la trataron ni si usaron plasma, pero lo cierto es que se recuperó por completo y sin secuelas. También recuerda que “muchos chicos no se curaban y varios quedaban con secuelas neurológicas”.

Descubrimiento

Analía descubrió su alto nivel de anticuerpos hace 5 años por casualidad: aunque ahora vive en Lanús, sigue leyendo el diario de su ciudad natal, Pergamino, donde hace unos años vio un anuncio que solicitaba donantes de plasma de personas que habían tenido Fiebre Hemorrágica Argentina.

“Envié un correo al Instituto ‘Julio Maiztegui’ de Pergamino y, luego, fui a que me sacaran sangre para estudiarla. Fue entonces cuando se comprobó el alto nivel de anticuerpos que tengo, y así fue como me contactaron desde el Centro Regional de Hemoterapia de Tres de Febrero. Ahora soy donante regular en el hospital Narciso López de Lanús”, comenta Analía con satisfacción, y asegura que son pocas las personas que donan plasma regularmente para la Fiebre Hemorrágica.

Por eso, en un video que se puede ver en las redes sociales del Ministerio de Salud de Buenos Aires, comparte su historia e invita a todos los que han tenido FHA a informarse, ser solidarios y sumarse a la donación de plasma que salva vidas.

Un descubrimiento argentino

El Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio I. Maiztegui” de Pergamino lleva el nombre de un médico e investigador nacido en Bahía Blanca, quien en 1971 logró demostrar que la mortalidad por Fiebre Hemorrágica Argentina era del 30%, pero que se podía reducir a menos del 1% si los pacientes. fueron tratados a tiempo con plasma de personas que ya habían superado la enfermedad y desarrollaron anticuerpos contra el virus.

Ese estudio fue clave para reducir las muertes por FHA. El autor de esta publicación en la revista británica especializada The Lancet fue Julio Maiztegui y los coautores Néstor Fernández y Alba Damilano. El estudio inició una nueva era en el tratamiento de la enfermedad que hoy la Provincia lleva adelante a partir del trabajo coordinado entre el Instituto Provincial de Hemoterapia y los hospitales bonaerenses.

Vacunación gratuita

La vacuna Candid #1, destinada a prevenir la Fiebre Hemorrágica Argentina, es producida por el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas «Dr. Julio I. Maiztegui». Ha demostrado ser inmunogénica y tener un 95,5% de efectividad para prevenir la enfermedad. Está indicado para personas que residen o realizan actividades en la zona endémica de la FHA, a partir de los 15 años de edad, en dosis única.

La incorporación de esta vacuna al Calendario Nacional de Vacunación (gratuito y obligatorio) se realizó en 2007, mediante la Resolución 48/2007: “Incorpórese al Programa Nacional de Inmunizaciones la vacunación contra la Fiebre Hemorrágica Argentina en el área endémica de la enfermedad en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y La Pampa; e incorpórese la misma al Calendario Nacional de Vacunación”.  (InfoGEI