La localidad de Wheelwright está localizada en el departamento General López, provincia de Santa Fe, República Argentina. Se ubica a 20 km de la ciudad bonaerense de Colón, a 10 km del límite con la provincia de Buenos Aires y a medio camino entre las localidades de Pergamino y Venado Tuerto, siendo la Ruta Nacional 8 su principal vía de comunicación. Es considerada la «capital provincial de la música». Cuenta con 9 mil habitantes y cuatro grandes misterios que se esconden en sus extrañas y que en esta nota desarrollaremos.
El lunes 13 de enero de 2009, en el pequeño departamento de la calle Ameghino 575 de Wheelwright eran cerca de las dos de la tarde cuando Wilmar Lemoine salió a dar una vuelta por el pueblo. Melva Sarsa recordó que Wilmar repitió a su esposa «me voy a dar una vuelta» y recibió como contestación «no te olvides que a la dos tenes que tomar los remedios».
En la causa judicial declararon noventa testigos e intervinieron dos juezas. En un primer momento fue la Dra. Elizabet Manzini que se jubiló dejando el caso judicial en manos de la magistrada originaria de Hughes, Mirta Leale, también en el presente jubilada. La mayoría de los testigos que declararon indicaron que el hombre fue observado por última vez a la seis de la tarde y caminando cerca del Complejo Polideportivo.
La denuncia de su desaparición fue presentada un día después por su esposa. La policía con la colaboración de los Bomberos Voluntarios y la población rastreó cada metro cuadrado del casco urbano y se adentraron más de 300 metros en los sembrados de maíz y soja.
La Tormenta
Wilmar Lemoine tenía un viejo Renault 6. Ese lunes el vehículo estaba en el mecánico que lo terminó de reparar a última hora y se lo llevó a la siete y media de la tarde. Una hora después se desató una tormenta que hizo imposible transitar por caminos de tierra.
Sin embargo llama la atención que un hermano de la víctima dijo a la policía que había rastros de las huellas del Renault 6, al ingreso del campo La Sarita, pero nada se hizo. En ese campo años después se encontró el pantalón marinero, retazos de una camisa a cuadros y la calota de un cráneo. Todavía en el presente se espera el ADN de la Justicia santafesina para determinar a quien pertenecía.
El desaparecido Lemoine sufría Mal de Parkinson, ese día salió a caminar con mucha dificultad , como lo hacía habitualmente pero nunca más volvió. Se hicieron operativos de rastrillaje que no obtuvieron ningún resultado positivo.
Cuando salió de su casa el hombre vestía pantalón crema, camisa a cuadros marrón y alpargatas blancas. Miedía 1.70 de estatura, de contextura robusta y tenía pelo color castaño canoso.
El 19 de marzo, la Dr. Elizabet Mangini, jueza de instrucción de Melincué, y luego de varias declaraciones a testigos y había ordenado pericias sobre un auto marca Fiat Uno y un Renault 6.
El Procedimiento fue realizado por agentes de la Comisaría 9ª en el domicilio de la calle Ameghino 575 de Wheelwright. Unos días después se realizaron careos con distintos testigos que declararon en la causa. El cargo por el que esta acusada la esposa Sarsa, es abandono de persona.
En el momento de la detención, la pareja de Wilmar Lemoine se mostró sorprendida, pero no se quebró y dijo ser inocente. De inmediato fue trasladada a la Alcaidía de Melincué donde fue encerrada junto con otras dos mujeres compartiendo el calabozo.
En su declaración judicial, Sarsa habría indicado que la ultima vez que vió a su esposo con vida fue durante el almuerzo, luego se recostó y el salió a dar una vuelta. «Escuche cuando cerró la puerta y bajo las escaleras» habría señalado. La mujer estuvo ocho días detenida.
El viaje
Al momento de encontrar parte del cadáver y la ropa en el campo La Sarita, Melva Sarsa no se encontraba en Wheelwright. La mujer habría ido a visitar familiares (hermana) a El Jaguel, cerca de Monte Grande en el conurbano bonaerense.
La mujer es originaria de San Javier Santa Fe, y cuando llegó Wheelwright habría estado embarazada, dando a luz a una nena.
Con el tiempo esa hija creció y se casó con un policía santafesino que llegó a ocupar importantes cargos en la región. Tampoco en ese momento no se había descartado los dichos de un potencial testigo que habría señalado que el cuerpo de Lemoine fue sacado en cuatro bolsas de la casa de calle Ameghino.
Las hipótesis lo llevan a ubicar las bolsas en un campo. Rara paradoja era el campo donde se encontró la prendas de vestir y parte del cráneo. Nunca se supo de Wilmar Lemoine. El anciano había entrado en el primer misterio de Wheelwright-
Femicidio de una comerciante
El 20 de febrero de 2014 se produjo un femicidio. La víctima fue identificada como Silvia Ciarrochi de 53 años. En un primer momento se dijo que tenía dos disparos de arma de fuego en su cabeza. La autopsia reveló que tenía un fuerte golpe con un objeto contundente (martillo bolita). El comercio estaba desordenado y cerca del cadáver había billetes desparramados de distinta nominación. La investigación está a cargo del Fiscal de Melincué Matías Merlo.
Según se pudo saber, el homicidio se habría producido entre las 23 y la 0 horas. La mujer además produjo un forcejeo con el homicida y tendría una falange de la mano fracturada, poducido cuando intento protegerse de los golpes. Ningún vecino escucho ruidos. La víctima estaba separada de su pareja de apellido Luchi y tenía dos hijos estudiando en la ciudad de Rosario.
El abastecedor de una conocida marca de bebidas gaseosas siempre comenzaba su recorrido en el comercio de la mujer asesinada. El motivo es simple. Se domicilia a dos cuadras del pequeño negocio. Al llegar observó una vieja bicicleta de dama (con el portaequipaje antiguo) propiedad de Ciarrochi y que se encontraba apoyada en la pared cerca de la puerta de ingreso al patio trasero. El abastecedor camino hasta la casa de Rivadavia y Juan B. Justo, y luego de tocar timbre y no recibir respuesta abrió la puerta y se encontró con un cuadro que lo paralizó. Las luces estaban encendidas y había un desorden generalizado en el local. Sin pensarlo llamó a la Comisaría Novena de Wheelwright porque temió el peor de los desenlaces.
Cuando la Policía santafesina abrió el local se encontró con un cuadro donde resaltaban cajas de alimentos desparramadas. El cadáver de la mujer se encontraba situado sobre la cama en una posición decubito dorsal. La cabeza estaba fuertemente golpeada y se veían manchas de sangre. En un primer momento se pensó que el o los atacantes, habían disparado con un arma de fuego. Los investigadores con el correr de las horas comprobaron mediante la autopsia realizada en el Instituto Medico Legal de Rosario que había sido un golpe con un objeto contundente.
Los pesquisas santafesinos buscaron durante la jornada las supuestas balas asesinas. Una fuente agregó que cerca del cadáver se hallaron billetes de distintas nominaciones, lo que habla que el o los asesinos huyeron precipitadamente o pudieron armar un escenario para encubrir el verdadero motivo del homicidio.
El desenlace
El local del kiosco está dispuesto en lo que vendría a ser el living de la edificación y exactamente se encuentra en la esquina de la cuadra. Un cartel de chapa blanca y letras rojas ubicado en la vereda indica que en el pequeño comercio de barrio se venden gaseosas, pan, golosinas y leche.
Sobre el ingreso de la puerta principal, existe otro pequeño cartel que indica «Toque Timbre». El significado del letrero no es menor. Una vecina indicó a este medio que «Silvia cuando llegaba la nochecita, cerraba la puerta con llave y solamente abría a personas conocidas». Una fuente cercana a la investigación señaló «no existen dudas el homicida debió ser alguien que la víctima conocía «.
Un obrero de una conocida fábrica textil situado apenas a 20 metros del kiosco, habría dicho que cuando pasó por la casa a las 5.45 de la mañana del jueves en dirección a sus labores habituales, observó la bicicleta de la mujer apoyada en la pared y la luz encendida.
La policía encontró el vehículo de la mujer con las llaves puestas en el garage de la casa.
También otra fuente indicó que la muerte de la mujer estaría ubicada entre las 23 del miércoles y la 0 del jueves. Las manchas violáceas extendidas por todo el cuerpo confirmarían la hora aproximada de la muerte.
La víctima se resistió
Para los investigadores ya no existen dudas. Silvia Ciarrochi se resistió. Entre los indicios que indicarían esta afirmación se encontraría una pequeña fractura en una falange. El golpe contundente dejo a la mujer indefensa. Sin embargo, una fuente nos dijo «se levantaron rastros fundamentales para descubrir el homicidio». Se trataría de cabellos encontrados en la mano de la víctima y que podrían contener la identidad del o la homicida.
También personal de investigaciones estaban rastreando las imágenes de dos cámaras de vigilancia. Una de ellas situada en la rotonda de ingreso a Wheel- wright y la segunda a tres cuadras de la casa atacada. Nunca se halló al asesino
La muerte del huevero
El jueves 5 de enero de 2016, Orlando Francisco Villalba había sido encontrado por su patrón, un productor agropecuario de apellido Donatti, dedicado a la cría de gallinas y venta de huevos en Colón y Wheelwright. El propietario del predio lo halló inconsciente y golpeado. Su cuerpo se encontraba la entrada del casco de la estancia donde trabajaba clasificando los productos.
El empleado rural fue trasladado a un nosocomio de Pergamino, donde falleció el sábado 7 de enero. Efectivos de la Comisaría 9º de la Unidad Regional del departamento General López iniciaron la investigación del ilícito. Con intervención del fiscal de Homicidios Dolosos, Matías Merlo, se dispusieron todas las diligencias y pericias de rigor, existiendo elementos de interés para la causa secuestrados en el lugar del hecho.
Villalba originario de Añatuya, provincia de Santiago del Estero en un tiempo compartió la casa con una mujer que tomó otros rumbos. La víctima no recibía visitas y tampoco era de ausentarse del campo. La principal hipótesis fue que se trató de un crimen pasional. La clave del asesinato parecía estar en el teléfono celular donde quedó gravado un mensaje enviado por la víctima. El texto indicaba “No puedo contestarte estoy con Gustavo” ¿El asesino?. Nunca se supo agregando el tercer misterio en esa pequeña localidad santafesina.
Un esqueleto enterrado
El hallazgo de un esquleto a la vera de un arroyo que cruza los campos de Wheelwright causó estupor. Los huesos fueron visualizados por un pescador de Colón. Se trataban de huesos humanos. La denuncia fue radicada en la Comisaría Novena de Wheelwright. Según se supo Marcelo Nuñez se encontraba con un menor pescando tortugas en un brazo del canal que cruza ese distrito santafesino a unos 15 kilómetros de Colón. (Es el brazo que viene de Wheelwright y pasa por debajo del puente de la Ruta N° 8 en el kilómetro 288).
El hallazgo se produjo el domingo 25 de noviembre de 2014. En la tarde de alta temperatura, los pescadores colonenses utilizaban una técnica antigua para atrapar peces o tortugas.
Los jóvenes introducían las manos en las cuevas que existen en el borde del torrente de agua para poder sacar la fauna buscada.
Uno de los que integraba la comitiva en el movimiento de ingresar la mano a la pequeña caverna se encontró con huesos: un fémur y luego la tibia y el peroné, parte de un cráneo con la mandíbula y algunas vertebras . El trabajo de los Bomberos Voluntarios, la Policía de Wheelwright, al mando del Comisario Gimenez y la presencia del Fiscal de Melincué, Matías Merlo, se encontraron más piezas de un esqueleto. Los agentes pudieron sacar del barro parte de costillas humanas, lo que sería otro fémur, y trozos de huesos varios.
Según los dichos de los peritos el esqueleto estaba en la «cueva» de cabeza, y le faltaban los huesos de los pies en su totalidad. En este sentido, pudieron cercenar esas partes las alimañas y animales acuáticos que se encuentran en la corriente de agua. Un detalle importante es que los huesos encontrados se destruían fácilmente debido al tiempo transcurrido desde que el cadáver quedó en ese sitio. No se encontraron parte de prendas de vestir o el calzado.Nunca se supo su identidad.