Tres Arroyos vivió una jornada muy emotiva días atrás, cuando salieron a remate gran cantidad de vehículos antiguos que eran propiedad de un particular vecino, Ceferino Cadenas. Lo que había le hizo caer la baba a los coleccionistas: autos Ford A, Ford T, Ruby, Nash y Chevrolet, así como tractores antiguos y repuestos originales. Eran más de 300 lotes y se vendió todo.
Ceferino Cadenas, “un gran personaje de la familia”, falleció “hace un par de meses, a los 98 años”, comentó Sebastián Cadenas, sobrino nieto del hombre, en una serie de posteos en Twitter. Y agregó: “Hoy (por el miércoles) se hizo el remate de algunas de las cosas que tenía y coleccionaba”.
Sebastián -actual CEO de la compañía Increase- contó la pasión que tenía su tío abuelo por los autos antiguos. “Los armaba con piezas originales”, aseguró, y señaló: “Recuerdo en el cumpleaños de 90 de su mamá, 6 o 7 años míos, que nos llevó de paseo”.
Más de 300 personas de todo el país
El martillero Agustín Miqueleiz, a cargo del remate que se hizo en el campo de la familia Cadenas en la localidad de Micaela Cascallares, señaló que participaron más de 300 personas en la subasta de los 250 vehículos. El hombre aseguró que había gente de diferentes lugares de la provincia como Carhué y Laprida, y también de La Pampa, Santa Fe y Córdoba.
“Hubo mucha disputa por el Nash, el Ruby y el Ford T, que estaban muy enteritos”, señaló Miqueleiz, quien advirtió que los valores de venta superaron las expectativas. “Las ventas fueron de entre 1,3 millones y 500 mil pesos, y los vehículos que estaban para restaurar, entre 500 y 600 mil pesos”.
Las operaciones culminaron alrededor de las 17.30, tras más de siete horas. Para Agustín Miqueleiz, se trató de una propuesta “diferente”: “Fue novedosa, no se ven habitualmente vehículos de colección y tractores antiguos en ese estado. Es una tarea que no para de sorprenderte, siempre hay algo distinto para vender”.
Un personaje tresarroyense
En tanto, Sebastián Cadenas contó en el hilo de Twitter detalles rocambolescos de la vida de su tío abuelo. Para empezar, relató que “Ceferino quiso casarse con una chica japonesa pero algo no funcionó y prometió quedarse soltero”.
También contó que “era vegano, cuando pocos sabían lo que significaba ser vegano. Vivió en Estados Unidos y trabajó para la NASA. Después de volver a Argentina, seguía viajando regularmente a Estados Unidos y se internaba en una clínica de Ohio para depurar y tomar agua. Tomaba solo agua durante 35 o 40 días”.
Pero las excentricidades no terminaron ahí. “Para hablar con él tenías que llamarlo a las 11 o a las 16. Horas que iba al lado del teléfono para ver si sonaba. Fuera de ese horario no atendía ‘porque siempre son para molestar’”, relató Sebastián.
Agregó que Ceferino “era el socio vivo más antiguo del Radio Club argentino. Hasta los 92 años se subía a la torre y siempre contaba cuentos de personas con quienes conectaba en barcos o del otro lado del mundo”.
“La última vez que lo vi tenía 97 y cuando llegue estaba cambiando una cubierta de una F100 con más destreza que cualquiera de nosotros”, contó, y finalizó: “Ceferino va a ser recordado en cada una de sus anécdotas y en las cosas y personas a las que les dedicó su vida”. (DIB)