Tren a Rufino, un servicio siempre amenazado por el agua… y las políticas económicas

(LA CAPITAL) El tren a Rufino, que volvió a rodar esta semana, siempre estuvo amenazado por el agua…y por las políticas económicas. Bajo el argumento del déficit que generaba al Estado el servicio ferroviario de pasajeros, el gobierno de Carlos Saúl Menem dictaminó que el 10 de Marzo de 1993, 13 provincias se quedaran sin esa vital prestación. Pasaron 22 años para que el tren regresara a Rufino y fue en 2015 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, en 2017 dejó de prestar servicios como consecuencia de la inundación de un tramo ferroviario de 13 kilómetros en el corazón de la laguna La Picasa. Hace unos días el ramal se restableció y centenares de vecinos se agolparon en Rufino para recibir la formación que venía de Iriarte (Buenos Aires). El tren había vuelto nuevamente.

Tal como lo publicó La Capital, el 18 de este mes volvió a correr el tren entre Iriarte y Rufino. Fue una formación de prueba que llegó hasta la ciudad límite del departamento General López, atravesando la laguna La Picasa sobre un pedraplén de 13 kilómetros recién reparado. Un espejo de agua que la cronista de este diario definió como «un mar», aunque no lo sea, pero que por su extensión y sus eventuales olas se le parezca.

 El último antecedente de retorno había sido el 27 de febrero de 2015, cuando Cristina Kirchner era presidenta de la Nación y su ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, estaba en la cresta de la ola. Aquello se vivió como una gran fiesta, con alegría, euforia, un poco de nostalgia y mucho de esperanza. De la mano de Trenes Argentinos, el convoy volvía a rodar después de 22 años de desactivación. El viaje fue recibido en cada andén por multitudes, pero que adentro de los coches contó su propia historia, en la que no faltaron charlas interminables, mateadas y hasta una guitarreada para coronar el trayecto de 434 kilómetros entre ambas ciudades, como lo reflejó una extensa crónica de este diario.

Pero la espada de Damocles siempre pendió sobre ese esencial servicio, y cuando no fueron los gobiernos, fue la naturaleza la que se encargó de posponer o interrumpir la corrida del convoy.

Fecha «límite»

El periodista de Rufino Rubén Iriarte fue uno de los que estudió el servicio de trenes en la región teniendo como epicentro de su historia el hecho dramático como lo fue el cierre del ramal, allá por el año 1993. Incluso sus conocimientos fueron plasmados en un libro “Los de Rufino”, y que es parte del libreto del documental «El Último Tren, el Último Viaje».

Fue por aquellos años de la década del 90 que el titular de Ferrocarriles Argentinos (FA), Ignacio Ángel Ludueña, y a instancias de una decisión política tomada por Menem, dijo que con el cierre de distintos ramales ferroviarios “se daba cumplimiento al decreto del Poder Ejecutivo que fijó el 10 de marzo de 1993 como la fecha límite para la circulación de los trenes de pasajeros financiados por la Nación”.

 Para Iriarte, “esa decisión diezmó a los pueblos del interior y privó del tren de pasajeros que durante más de 100 años había cumplido un servicio invalorable, pero que entre gobiernos y los mismos ferroviarios ayudaron a destruido. La eliminación de estos servicios tuvo dos prórrogas, y aunque se mantendrían las vías para que en el futuro cualquier provincia o particular pudiera recuperar alguno de los servicios que finalizan u otros diagramas. Nada de esto ocurrió”.

De esta manera fue anunciada oficialmente la partida del último tren de pasajeros con destino a Buenos Aires y estaciones intermedias, pues todo terminaría como había empezado en Retiro.

Corría aproximadamente el año 1900 y una formación ferroviaria atravesaba la laguna La Picasa en cercanías de Rufino.

Corría aproximadamente el año 1900 y una formación ferroviaria atravesaba la laguna La Picasa en cercanías de Rufino.

Ultimo tren

El 10 de marzo de 1993 partía por última vez de Rufino y con destino a Retiro la locomotora Nº 8.488 con algunos vagones de pasajeros. “Por el andén, entre la gente que había ido a despedir a los viajeros, las carretillas cargadas con encomiendas, rodados, muebles, artículos del hogar. Fueron tantas cosas, que la partida prevista para las 16.30 horas, se retrasó hasta las 17,06 horas, cuando se acumularon 3.600 kilos”, recordó en su libro Rubén Iriarte.

El día anterior los andenes estuvieron sumamente concurridos, esperando el convoy de Retiro y otros para proseguir viaje a San Juan. Este movimiento, aseguraron, se registra desde noviembre pasado, manteniendo desde entonces un promedio de 360 pasajeros a los que se deben agregar unos 160 viajeros a la vecina provincia.

El último tren partió de Mendoza, formado por cinco coches de primera, dos pulman, dos turistas, un coche comedor y otro de encomiendas, y llegó a la estación de Retiro tras 18 horas y 40 minutos de viaje. Había recorrido 1063 kilómetros y atravesó seis provincias (San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires).

La mítica formación ferroviaria

La mítica formación ferroviaria «El Cuyano» con su emblemática locomotora; la Nº 8488.

“Después de varios anuncios y otras tantas amenazas, el servicio Mendoza-Retiro quedó paralizado definitivamente, cuando lentamente la máquina 8488 hizo su entrada casi silenciosa, en una despedida sólo sentida por aquellos usuarios que nacieron junto a las estaciones y crecieron caminando sus vías”, recordó el periodista.

La misma locomotora, la 8488, había sido protagonista del denominado Tren de la Resistencia, para contrarrestar la ola privatista que se venía. Así fue como el 14 de Noviembre de 1992 un rufinense Esteban “Chicle” Coria junto con Dante Miranda, Jorge Romero, y Hugo Rojas “corrieron” el tren El Cuyano sin autorización ya que ese servicio había sido anulado de cara a las próximas privatizaciones. Fue en la mítica locomotora 8488, la última que los rufineses pudieron ver “con vida” el 10 de marzo de 1993.

El servicio ferroviario de la línea San Martín utilizaba generalmente dos máquinas locomotoras, tipo diésel de origen norteamericano o canadiense, denominadas ALCO, con una potencia efectiva de 1.800 y 1.350 HP, respectivamente. La mítica locomotora 8.488 (ALCO-USA), había arrancado en Mendoza y terminó en Buenos Aires. La tripulación inicial estuvo compuestas por Domingo Blangetti, como inspector; Daniel Herrera, en calidad de maquinista y Juan Oviedo, como ayudante.

Sin embargo y por decisión política de la presidenta Cristina Fernández los trenes volvieron a manos del Estado Nacional y el servicio ferroviario se restableció en febrero de 2015. Después de 22 años, volvió el tren de pasajeros a la localidad de Rufino y el por entonces ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, el Diputado Nacional Oscar Romero, el Secretario General de la Unión Ferroviaria, Sergio Sasia, y representantes de la política regional y local estuvieron presentes en este evento histórico en Rufino.

Alegría popular en Rufino en 2015 tras el regreso del servicio ferroviario tras su privatización en el año 1993.

Alegría popular en Rufino en 2015 tras el regreso del servicio ferroviario tras su privatización en el año 1993.

 

                                   Protestas

Iriarte recordó que el día que salió el último tren “las protestas, los aplausos y los pañuelos fueron patrimonio sólo de las estaciones de las provincias de San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba y Santa Fe. Pues para Buenos Aires, el problema no existía. Se mantendrán por un tiempo y sólo por un tiempo un servicio reducido (un solo tren diario de domingo a viernes) hasta las estaciones de Junín y Vedia, respectivamente”.

«El Cuyano’, luego de 32 años de exitoso reinado como el expreso más veloz y popular de América del Sur, ya había sido suprimido sin dar razones en 1969 por resolución del gobierno del dictador Juan Carlos Onganía. Años más tarde, en 1993, lo haría también Carlos Menem. El argumento del déficit económico que generaban “los trenes” fue contrastada con varios especialistas que sostenían que era una falacia lo de las pérdidas económicas.

El documental «El Ultimo viaje», realizado por el periodista de Rubén Ricardo Iriarte y Juan José Mecchi, es un emotivo recorrido por la historia del tren de pasajeros que pasaba por Rufino pero que unía a las localidades de Buenos Aires (Retiro) con Mendoza. Un video cargado de emotividad.