Tras cinco años de caída constante, la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI) registró en 2016 un incremento de 0.04 por ciento, para ubicarse en 9.9. Los datos surgen de un análisis de la Fundación Soberanía Sanitaria elaborado a partir de estadísticas oficiales del Ministerio de Salud.
Cabe destacar que La TMI refleja las defunciones de menores de 12 meses por cada mil nacidos vivos en el período de un año. Es considerada uno de los indicadores más importantes de un país, junto al índice de desempleo o el PBI. Se relaciona directamente con el acceso a una política sanitaria de calidad, especialmente la atención primaria, pero también con el nivel de pobreza y el desarrollo de una región.
Contexto
El informe observa que la TMI “presentó una tendencia descendente en los últimos 25 años” aunque “eventos como la crisis social, económica y política vivida en el país durante el 2001, o brotes de enfermedades infecciosas respiratorias como la gripe, ocurridos en los años 2007 y 2009, impactaron de manera negativa (…) interrumpiendo de manera momentánea la tendencia observada en estos años”.
Los números
Para 2016, observa el estudio, la tendencia a la baja fue “nuevamente interrumpida con un estancamiento en la TMI (aumento de 0,04 puntos)” y, si bien no se establecieron las causas, se relevó que vino “acompañado por un aumento de las desigualdades en el perfil de la mortalidad infantil entre los distintos territorios de la provincia”.
De esa diferencia de 0,04, el foco se centra en cómo se compone el número final, dividido entre las 12 regiones sanitarias bonaerenses. «El estancamiento vino acompañado por un aumento de las desigualdades en el perfil de la mortalidad infantil en los distintos territorios de la provincia».
Cuatro de las 12 regiones aumentaron su tasa en 2016. La RS II (General Villegas, Pehuajó, Rivadavia), la VI y la VII presentaron tasas superiores a la provincial. Son en estas dos últimas donde se deposita el estudio. Se trata de municipios del sur y el oeste del Gran Buenos Aires. La VI (Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, Lanús, Lomas de Zamora, Quilmes) es la más afectada: tenía menos de 10 de TMI en 2015 y pasó a casi 11. Coincide con que es una de las zonas más postergadas por las medidas socioeconómicas, con despidos y aumento de los índices de indigencia.
Todo el GBA bajó entre 2012 y 2015. Pero en 2016, el Cordón 1, del norte, mantuvo su TMI debajo de 6, mientras que el Cordón 2, al sur, creció de 9,74 a 11,31, superando al Cordón 4, que hasta ese momento era el de peor índice. En 12 meses, la brecha entre los cordones del Conurbano aumentó 1,4 veces.
“La desigualdad en la distribución de la TMI entre las regiones sanitarias aumentó cerca de 2,5 veces en el 2016 comparado al 2015”, subrayan desde Soberanía Sanitaria. Estas diferencias se ven mejor a la luz de contrastar los datos del Interior con los del Conurbano: mientras los primeros continúan la tendencia descendente, los segundos aumentaron.
Causas
Esta desigualdad, indicaron en el informe, “podría estar asociada al empeoramiento de algunas condiciones sociales durante el año 2016, como el aumento de la desocupación, la suba de las tarifas de servicios básicos y la pérdida del poder adquisitivo del salario, que normalmente afectan de manera más rápida y más exacerbada a los sectores sociales más desfavorecidos y vulnerables”.
Cabe destacar que una de las mayores bajas de la TMI ocurrió cuando se implementó la Asignación Universal por Hijo. Los planes Remediar y Qunita tenían el objetivo de «mejorar el acceso a la salud de la población más vulnerable». El año pasado, el gobierno de Cambiemos decidió cortarlos. El más paradigmático fue Qunita, porque apuntaba a reducir la mortalidad infantil.
A cambio, Provincia lanzó meses atrás el programa «Al fin en casa», que otorga cunas pero en pocos distritos, como San Miguel y Morón, y sólo a prematuros, que son el 7% del total de chicos. (InfoGEI)