El Ministerio de Salud de la Provincia, a través del Instituto de Hemoterapia y el CUCAIBA, avanza en el desarrollo de un tratamiento de recuperación de pacientes críticos afectados por el COVID-19 a partir del trabajo con personas ya infectadas y que se encuentran recuperadas.
Este trabajo permitió que ya fueran enviadas las dos primeras unidades de plasma con anticuerpos de COVID-19 que serán destinadas a una persona internada con coronavirus en el hospital municipal «Dr. Federico Abete» de Malvinas Argentinas.
Según datos , este plasma es obtenido mediante donaciones voluntarias de quienes se hayan recuperado de la enfermedad mediante el proceso de aféresis, una modalidad en la que se separan desde un principio los componentes de la sangre. La atención del donante y el estudio del componente sanguíneo se realizan, en esta primera etapa, en el Centro Regional de Hemoterapia de La Plata.
El tratamiento consiste en administrar los anticuerpos presentes en el plasma a quienes permanecen internados en estado grave. Para esto, aquellas personas recuperadas de COVID- 19 que vivan en la Provincia de Buenos Aires y deseen donar sangre para realizar estas pruebas deberán comunicarse previamente con Cucaiba al 0800 222 0101.
“Este plasma es rico en anticuerpos y podría ayudar en la recuperación de los pacientes críticos de coronavirus”, señaló la Directora provincial del Instituto, Nora Etchenique, quien adelantó que en función de cómo evolucione la situación sanitaria, en una segunda y tercera etapa se podrán incorporar a este proyecto los hospitales “El Cruce” de Florencio Varela, “Vicente López y Planes” de General Rodríguez, y el Centro Regional de Hemoterapia de Mar del Plata.
El estudio de Maiztegui
Como mencionara hace una semanas este tratamiento fue desarrollado por un médico Argentino para tratar el “mal de rastrojos”
En Estados Unidos se está investigando un método que ya fue utilizado hace más de 60 años, durante la epidemia del mal de los rastrojos –también conocido como “virus Junín”– que se expandió por esa región del noroeste bonaerense.
Según consigna el diario Democracia, se trata del uso de plasma de personas convalecientes, una técnica que la semana pasada fue aprobada por la agencia FDA, del gobierno norteamericano responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos.
Dicha metodología ya había sido implementada por profesionales locales a finales de los años 50, cuando se dio la epidemia de fiebre hemorrágica argentina más grave hasta ese momento, en un brote que abarcó los partidos de Alberti, Bragado, Chacabuco, General Viamonte, Junín, Nueve de Julio y Rojas, comprendiendo una superficie total de 16 mil kilómetros cuadrados y una población de más de 260 mil habitantes con un alto índice de mortalidad, señala el diario fundado por Moisés Lebensohn.
Casi sesenta años más tarde, se está analizando si aquel método desarrollado en la ciudad cabecera de la Cuarta Sección Electoral, que ayudó a superar la crisis sanitaria por el mal de los rastrojos, puede ser la llave para abordar la actual pandemia del coronavirus. (InfoGEI)