En los últimos días, el prime time de la televisión abierta desnudó una realidad denunciada por sectores de la oposición y, sobre todo, por investigadores del país. Una científica del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) sentada en el estrado del programa “¿Quién quiere ser millonario?”, con el objetivo de ganar recursos que garanticen la posibilidad de avanzar en su investigación de una cura para el cáncer.
Se trató de Marina Simian, quien se sentó frente al conductor Santiago del Moro para dar a conocer su historia y, de esa manera, instalar una problemática conocida por pocos en millones de hogares del país que consumen el horario central de “TELEFE”. El resultado fue instantáneo, miles de mensajes en las redes sociales (Twitter y Facebook principalmente) con la historia de la mujer que debía apostar a una competencia mediática ante la falta de inversión en la materia de parte del gobierno nacional.
Incluso, 72 horas después de las repercusiones y el revuelo generado, el presidente Mauricio Macri debió convocarla a una cita en la Casa Rosada. De esa manera, el Gobierno trató de revertir el mal eco generado en la sociedad.
En definitiva, el caso de la especialista surgida desde una de las universidades del Conurbano, Universidad Nacional de San Martín, sacó a la luz la crisis y el vaciamiento en la ciencia en la era Cambiemos. Cabe recordar que, desde la oposición kirchnerista, el diputado nacional Roberto Salvarezza, denunció en varias oportunidades dicha situación. El legislador oriundo de La Plata, fue el titular del CONICET durante los años de mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
Con dicho panorama, la provincia de Buenos Aires no escapa a la realidad que viven los investigadores a nivel nacional. La proyección de las aristas dedicadas a la búsqueda de soluciones a través de la ciencia cuenta con un importante retroceso y en las variaciones presupuestarias en los últimos tres años han sido escasos los puntos de incremento. Siempre por debajo de la inflación.
Así, conforme a lo recolectado, entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación que conduce Jorge Elustondo, más la Comisión de Investigaciones Científicas que lidera Alberto Torres, apenas se garantiza el pago de los salarios de los funcionarios públicos. Es decir que, la capacidad de financiación de investigaciones corre por la búsqueda de inversores externos al gobierno de María Eugenia Vidal. Dos estamentos de la función pública que se transformaron en espacios para garantizar salarios políticos.
Por caso, la cartera que conduce el único dirigente de la Unión Cívica Radical en el gabinete de Cambiemos, tuvo un aumento presupuestario de apenas $2.699.500 respecto a 2018. Con una partida de $120.757.800 para todo el 2019, es el ministerio que menos fondos recibe, incluso se encuentra por debajo de la Tesorería General; el ministerio de Asuntos Públicos; el OPDS; y hasta de la Corporación de Fomento del Valle bonaerense del Río Colorado.
De esa manera, los poco más de 120 millones de pesos anuales del ministerio que se desprendió de Producción a mediados de 2016 se destinan a salarios. Por caso, según la declaración jurada pública del dirigente boina blanca, el salario anual representa $1.688.150. Mientras que las segundas líneas del área llegan a $722.400. Cerca de unos cinco millones de pesos anuales para los principales cargos políticos, sin contar asesores y trabajadores de la cartera.
Por su parte, el área específica del gobierno bonaerense destinado a la elaboración de trabajos examinadores, la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), una suerte de CONICET provincial, supera ampliamente su partida presupuestaria a la cartera de Elustondo. Si bien el incremento respecto a 2018 apenas supera el 20 por ciento, el Presupuesto de la CIC para el corriente es de $481.573.600. Claro está, entre los once cargos principales de la planta política se aproxima un monto cercano a los nueve millones de pesos en salarios. Nuevamente, sin tener en cuenta la planta transitoria, ni permanente, ni asesores de cada cargo político.
Así, la investigación en la órbita bonaerense sigue los pasos de la política impulsada desde la gestión del presidente Mauricio Macri y la falta de inversión es moneda corriente. Por caso, en una sola noche de competencia mediática, la investigadora del CONICET que sacó a la luz la crisis de la ciencia, cosechó $500.000, un poco menos que el salario anual de los funcionarios del área.
Presupuesto 2019
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación $120.757.800
Comisión de Investigaciones Científicas $481.573.600
Presupuesto 2018
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación $118.058.300
Comisión de Investigaciones Científicas $388.954.600
Presupuesto 2017
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación $124.901.400
Comisión de Investigaciones Científicas $302.754.800
Autoridades CIC
Presidente: Alberto Torres
Directorio: Pedro Balatti (vicepresidente); Guillermo Tamarit; Osvaldo Agamennoni; y Carlos Rossi
Secretaria Administrativa del Directorio: Graciela Rigotti
Director Provincial de Comunicación y Divulgación Científica: Martín López Lastra
Director Provincial de Vinculación y Transferencia: Sergio Pérez Rozzi
Director Provincial de Administración Científica y Técnica: Ezequiel Saravia
Director Provincial de Gestión, Seguimiento y Desarrollo de la Actividad Científica: vacante
Director de la Unidad de Coordinación y Control de Gestión: vacante (LA TECLA)