Los vecinos de más de 15 ciudades de la cuenca del Río Salado sufren de una invasión de jejenes, o barigüíes. Aunque no transmiten enfermedades, estas pequeñas mosquitas pican con agresividad a los humanos y los repelentes no son tan eficientes. Por pedido del Ministerio de Ciencia bonaerense, científicos del CONICET elaboran un proyecto para controlar la proliferación de estos insectos.
En diálogo con Todo Provincial, Juan José García, investigador del CEPAVE – CONICET La Plata, explicó que “la gente se queja por las picaduras, los intendentes reciben los reclamos y las trasmiten a la Provincia. El ministro de Ciencia, Jorge Elustondo, recogió el guante y nos convocó. Fuimos a ver el problema, hicimos dos reuniones y estamos elaborando un proyecto con los estudios básicos y las medidas de control”.
“Se trata de un insecto que está en todo el país, aunque esta especie sólo estaba limitada a Salta, Chaco y Corrientes pero las inundaciones y las temperaturas más cálidas le han permitido migrar para el sur”, detalló el especialista en insectos.
“Son jejenes, aunque en esa zona le llaman barigui. Esta especie tiene la diferencia de que se desarrollan en agua en movimiento, por eso se instalaron en el Salado”, señaló García y añadió que “tienen un aparato bucal distinto a los mosquitos, no tienen el estilete, sino que muerden y chupan la sangre con el esófago muscular”.
“Las quejas por las picaduras se dan en todos los pueblos atravesados por el Salado, desde Arenales hasta la desembocadura en Chascomús. El fin de semana en esta ciudad me llamaron de dos radios y me comentaron que habían ido 40 personas al hospital por picaduras excesivas de estos bichos”, contó el científico platense.
Según el especialista, este problema comenzó hace casi dos décadas pero se agrava en los años en que se producen muchas inundaciones, ya que todos los canales quedan cargados de agua, hay corriente y estos insectos se reproducen con facilidad porque necesitan agua en movimiento.
Las picaduras de los jejenes pueden producir una reacción alérgica, generando gran hinchazón, pero afortunadamente no transmiten enfermedades como el mosquito aedes aegypti.
Sobre el plan para intentar controlarlos, Juan José García explicó “nosotros no apoyamos las fumigaciones para matar el adulto. Ya que la larva está dentro del río y los canales hay que aplicar algo para que los mate, ya que no vuelan y son fáciles de controlar. Hay un producto natural denominado BTI que está desarrollado en base de una bacteria de suelo, algo que fue descubierto a fines de los ’70 en Israel. También se utiliza para combatir las larvas de mosquitos y no es para nada tóxico por lo que la OMS recomienda su colocación en los tanques de agua”.
“Para resolver esta problemática se necesita un plan organizado, no que cada municipio haga lo que pueda. Hay que decirle a la gente cuál es el problema y pedirles paciencia porque nada se resuelve de un día para el otro. Se deben programar medidas y ejecutarlas durante varios años con seriedad”, advirtió el científico.
Y concluyó “a los intendentes les digo que no tienen que tomar medidas sin estudios sólo porque los presiona la gente. Les pido que nos usen a nosotros para explicar con fundamentos lo que está pasando porque para eso nos pagan”. (InfoGEI)