Una mutación denominada “AY4.2”, derivada de la variante Delta, preocupa al gobierno británico, que anunció que “la vigila muy de cerca”, mientras enfrenta a un importante aumento de los casos diarios de coronavirus.
“Estamos siguiendo muy de cerca esta nueva forma y no dudaremos en tomar medidas si es necesario“, afirmó un vocero de Downing Street. Sin embargo, “no hay ninguna razón para creer que se esté extendiendo con mayor facilidad”, precisó.
La aparición de esta mutación se produce en un momento en el que el país se enfrenta a un número creciente de casos positivos. Desde hace dos semanas, los nuevos contagios diarios fluctúan entre 35.000 y 45.000, con una tasa de incidencia de 410 casos por cada 100.000 habitantes hasta el 12 de octubre, muy superior a la del resto de Europa.
La nueva variante es casi inexistente fuera del Reino Unido, aparte de tres casos detectados en Estados Unidos y unos pocos en Dinamarca, y desde entonces casi desaparecieron.
El problema de los rebrotes radica en la sobre replicación del virus, que es lo que puede producir una nueva variante, como ocurrió con las existentes. (DIB)