Hoy el Tribunal Oral Federal 1 leyó el veredicto de la primera sentencia por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención conocido como Sheraton o Embudo. Los secuestros, torturas y homicidios que llegaron a este juicio fueron denunciados por sobrevivientes y familiares en 1984, pero su investigación se frenó con el dictado de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Es la primera vez, también, que un tribunal condena a miembros del Grupo de Artillería Nº 1 de Ciudadela por delitos de lesa humanidad.
Roberto Obdulio Godoy fue condenado a 25 años por secuestros, torturas y los homicidios de Carlos Alberto Hobert y Graciela María Maliandi. José María Mainetti fue condenado a 20 años, por los mismos homicidios. Manuel Antonio Luis Cunha Ferré y Rodolfo Enrique Godoy fueron condenados a 20 años de prisión por secuestros y torturas. Todos integraban el Grupo de Artillería n°1 «General Iriarte» de Ciudadela, de la que Rodolfo Enrique Godoy era segundo jefe y jefe de la plana mayor de esa unidad.
Juan Alfredo Bataffarano fue condenado a 11 años. Era subcomisario de Villa Insuperable y como tal, no sólo cedió el espacio de la subcomisaría sino que aportó el personal necesario para la custodia de las personas secuestradas. Su presencia cumplió una función extra: dar la apariencia de que ese destacamento era una subcomisaría y no un centro clandestino de detención. Al igual que el ex subcomisario Leopoldo Luis Baume -condenado a 8 años- lo encontraron responsable de privaciones ilegales de la libertad y torturas.
Sheraton estaba ubicado en la esquina de las calles Tapalqué y Quintana, en la provincia de Buenos Aires y dependía de la comisaría de Villa Madero que, a su vez, lo hacía de la Unidad Regional Morón. Las instalaciones de la subcomisaría, sin embargo, quedaron bajo el mando del Grupo de Artillería Mecanizada 1 de Ciudadela. En otras palabras: el Ejército, con la colaboración de las fuerzas de seguridad, ocuparon el lugar para alojar a personas detenidas de forma ilegal. El Sheraton –que fue nombrado así por los militares ante los «famosos» que pasaban entre los cautivos– funcionó entre el 30 de octubre de 1976 y octubre de 1978.
El CELS fue querellante en el juicio en representación de Andrea, Paula y Albertina Carri. Sus padres, Roberto Carri y Ana María Caruso, fueron secuestrados el 24 de febrero de 1977, en Villa Tesei, Morón, y estuvieron secuestrados en el Sheraton por lo menos hasta fines de diciembre de 1977. Eran integrantes del área de Prensa de la Zona Oeste de Montoneros, en la provincia de Buenos Aires. Hasta el día de hoy permanecen desaparecidos.