Cinco personas fueron asesinadas en las últimas 24 horas en la ciudad santafesina de Rosario en ataques tipo sicario y una murió tras ser baleada hace dos semanas, en una saga de violencia letal de la que se recorta el crimen de Carlos Arguelles, extestaferro de un jefe narcocriminal contra quien declaró en una causa judicial y que ya había sido tiroteado.
Por su parte, el secretario de Seguridad de Santa Fe, Germán Montenegro, aseguró este martes que estos hechos son «un pase de facturas» entre bandas vinculadas al narcotráfico.
«El diagnóstico que tenemos tiene que ver con balaceras y acciones relacionadas con problemas vinculados al narcotráfico», sostuvo Montenegro y agregó: «Se están cobrando facturas entre miembros de organizaciones y nosotros estamos trabajando en la prevención, algo muy difícil por el tipo de actividad criminal.»
La saga de crímenes se inició el lunes a las 17 cuando tres personas llegaron en un Volkswagen Fox rojo al taller que Argüelles (46) tenía en Garay al 3500 de Rosario.Tras pedirle un presupuesto, una cuarta persona se bajó el auto y le disparó delante de su esposa y de sus hijos, indicaron voceros judiciales.
Carlos Argüelles murió en un hospital público pasadas las 18 con dos tiros en la cabeza y uno en un glúteo, precisaron las fuentes.
El mecánico y su familia habían sido baleados en enero pasado y el hombre reveló que se había enterado de otros dos planes anteriores para matarlo.
En ese sentido, la víctima vinculó esos propósitos homicidas a su decisión de declarar como imputado colaborador en la causa que se le sigue por asociación ilícita y otros delitos al jefe narcocriminal rosarino Esteban Lindor Alvarado, quien también tiene un juicio pendiente por el traslado de 500 kilos de marihuana a la Patagonia.
En junio de 2019, Argüelles fue detenido e imputado como miembro de la banda de Alvarado, por su presunta condición de testaferro y por acondicionar en su taller vehículos utilizados por la organización.
El mecánico decidió declarar contra su antiguo jefe acogiéndose a la figura del imputado colaborador, por lo el cual su defensa había arribado a un acuerdo con los fiscales para morigerarle la pena por los delitos que admitió haber cometido.
En una entrevista con el diario La Capital en febrero pasado, tras el atentado a tiros que había sufrido el 28 de enero, Argüelles dijo: «Cuando tomé la decisión de declarar, en el futuro juicio a Alvarado, sabía a lo que me arriesgaba».
El mismo lunes la Policía detuvo a cuatro personas como los presuntos agresores, que al momento del arresto se movilizaban en mismo auto en el que se les secuestró una bomba tipo Molotov, informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Los detenidos fueron identificados como Maximiliano M., Lautaro A., Aldana P., y Rodrigo V. y, según voceros de la investigación, son «cuentapropistas» del mundo del crimen, con causas penales por abuso de armas.
«El auto en el que se movilizaban había sido usado hace dos días en otra balacera», explicó a Télam un informante que aclaró que el hombre rechazó en dos oportunidades ingresar al Programa Nacional de Protección de Testigos e Imputados.
Esa información fue corroborada este martes por el Ministerio de Seguridad de la Nación y por la fiscal Regional de Rosario, María Eugenia Iribarren, quien además sostuvo que una de las principales hipótesis es que detrás del asesinato podría estar Alvarado, «por lo que implicó la declaración de Argüelles en la investigación».
Sobre el resto de los homicidios ocurridos en las últimas 24 horas en Rosario, una fuente oficial indicó que, de acuerdo con las primeras pistas, se «relacionan con ataques de sicarios a pedido de bandas narcos y con los movimientos que se están haciendo de detenidos desde cárceles provinciales a federales».
El vocero consultado afirmó que no poseen vinculación con el juicio seguido por estos días a Ariel «Guille» Cantero, jefe de la narcobanda «Los Monos», acusado como instigador desde la cárcel de siete balaceras a edificios judiciales y domicilios de jueces.
El segundo asesinato de la seguidilla de crímenes ocurrió también el lunes, alrededor de las 19.30, frente a una estación de servicios ubicada en Mendoza y Avenida Circunvalación.
Según las primeras averiguaciones, Damián Rodríguez (23) pasaba caminando por el frente de esa estación de GNC cuando fue sorprendido por otro hombre que se bajó de una camioneta roja y abrió fuego en su contra, tras lo cual escapó a bordo de vehículo que era conducido por un cómplice.
También murió este lunes Anastacio Luis Torren (43), hermano del jugador de fútbol de Argentinos Juniors, Miguel Ángel Torren, que había sido baleado el 25 de agosto pasado en la vereda de la calle Puerto Argentino 4200, tras ser atacado por dos hombres que se movilizaban en una moto.
Mientras que alrededor de las 22, un hombre identificado como Matías Ezequiel Serrano (29) fue asesinado a balazos en Manantiales al 3700 cuando circulaba en moto.De acuerdo con la pesquisa, la víctima fue atacada por dos hombres que le dispararon sin que mediara discusión.
A su vez, el quinto homicidio también posee las mismas características: agresores que disparan al pasar desde una motocicleta. Este hecho ocurrió a las 23.15 en la localidad de Villa Gobernador Gálvez y la víctima fue Federico Ariel Rampello, baleado en la vía pública.
Por último, este mediodía, dos personas que se movían en moto dispararon contra Elías Salinas, el cadete de una rotisería ubicada en avenida Pellegrini al 5600 que, según fuentes policiales, había sido baleada la semana anterior.(Telam)