Las víctimas de una secta acusada de explotar sexual y laboralmente a decenas de personas en un hotel céntrico de la ciudad de Mar del Plata podrían recibir como resarcimiento entre 35 y 61 millones de pesos por los daños materiales y morales que les ocasionó la organización.
El pedido fue realizado por la representante de la Defensoría Pública de la Víctima (DPV), Inés Jaureguiberry, y la oficial del Ministerio Público de la Defensa, Manuela Parra, al presentar su alegato de cierre ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) de la localidad balnearia, en el marco del juicio que se lleva adelante contra tres imputados.
En el juicio desarrollado están imputados Silvia Cristina Capossiello, Sinecio de Jesús Coronado Acurero y Luis Antonio Fanesi, acusados de integrar “una organización criminal” cuya “estructura fue utilizada por los imputados para cometer delitos”, tanto en Venezuela como en Argentina, desde principios de la década de 1970, hasta su desarticulación.
A lo largo del debate oral, iniciado en septiembre de 2021, quedó acreditado que bajo “la fachada” de un instituto dedicado a la enseñanza de yoga”, funcionaba “una organización criminal con rasgos de secta religiosa”, con “distribución de roles” y una estructura “jerárquica”, que durante casi 50 años se dedicó a “captar a víctimas vulnerables”, para apoderarse de sus bienes y explotarlas sexual y laboralmente.
En representación de cinco de los damnificados, la querella solicitó que el tribunal fijara reparaciones integrales para cada uno de ellos, que alcanzan hasta los 61.641 pesos por los daños materiales sufridos, como la explotación laboral, sexual y psicológica, y los perjuicios morales a causa de las “torturas y vejámenes”, padecidos en algunos casos durante décadas.
Los magistrados Fernando Machado Pelloni, Nicolás Toselli y Roberto Falcone deberán, al dictar sentencia en el juicio, disponer el decomiso de los bienes a nombre los distintos miembros de la secta.
Entre estas posesiones figura el Hotel City, ubicado sobre la Diagonal Alberdi al 2600, en pleno centro marplatense, donde funcionó la organización hasta que fue desarticulada en julio de 2018.
También hay dos departamentos ubicados en la Ciudad de Buenos Aires, cuentas bancarias en la Argentina y en el extranjero, dinero en efectivo secuestrado en el marco de los allanamientos a la sede de la organización, un auto y dos motorhome.
Los delitos que se les imputan a los miembros de la secta son “trata de personas con fines de explotación sexual y laboral”, “abuso sexual agravado” y “daño moral”.
El juicio continuará el próximo lunes con el alegato de la defensa de los acusados.
En el inicio de este juicio oral, también figuraba como acusado el psicólogo Fernando Ezequiel Velázquez, pero falleció semanas atrás, mientras cumplía prisión preventiva.
Maniobras de explotación
De acuerdo a la investigación, entre las diferentes maniobras de explotación, se encontraban la entrega del sueldo, la realización de la limpieza, quehaceres domésticos y arreglos de cada uno de los domicilios que ocupaba la organización, el brindar un servicio exclusivo y diario para todos los requerimientos que tanto Nicosia como Capossiello tuviesen, sometimientos sexuales, el deber de trabajar en los distintos emprendimientos económicos desarrollados y la obtención de créditos en entidades financieras, siempre en favor de Nicosia y sus consortes, generando deudas en los damnificados. Toda estas acciones venían acompañadas de una serie de mecanismos dirigidos a profundizar la situación de vulnerabilidad de las personas, compeliéndolas a trabajar durante largas horas, con amenazas y graves golpizas. (DIB)