San Nicolás: Denuncian que el cura abusador se domicilia en esa ciudad

El cura Tulio Mattiusi pasó unos pocos días en prisión preventiva, y luego fue puesto en libertad. “Sabemos que vive en una dependencia del Obispado de San Nicolás, en calle Urquiza, no mucho más”, aseguró la mamá de uno de los niños.
Además, la mujer garantizó que: “No vamos a dejar la causa en la nada, vamos a luchar por lo que hicieron contra nuestros hijos”.Algo similar sucedió con la preceptora María Luján Rubies y el ex portero de la Institución, el jardín Belén de San Pedro, Anselmo Ojeda.
Según denuncian los familiares de las víctimas, Rubies camina cómoda por su casa, sobre las calles de San Pedro, de hecho. “Ha sucedido que una mamá afectada tuvo que cruzarse con esta señora y hacer como si nada pasara. Esto es aterrador no solo para los que conocemos la causa, sino para cualquiera, son pervertidos sexuales sueltos”, apuntó Carla Vitale en diálogo con EL NORTE.Ojeda cumple prisión domiciliaria en Morón, pero aparentemente, sus pasos no son monitoreados.
De confirmarse los abusos sexuales a más de 4 niñas y un niño, es escalofriante pensar que hoy estas personas viven en absoluta libertad.
                                                “Mucho daño”
“Es mucho el daño que han causado”, expresó Inés Zaidman, perito de parte en la causa por abuso sexual de San Pedro y coordinadora de la Asociación Contra el Abuso Sexual Infanto Juvenil (ACASe). “Se han metido con niños, es muy grave. Han hecho un daño irreparable para ellos y sus familias. Esperemos que sea un juicio ejemplar, tanto a nivel local como nacional”, consideró.Para cerrar, la coordinadora de ACASe manifestó: “Es una respuesta que no den respuesta”, en referencia al Obispado de San Nicolás que no recibió a los familiares, por el contrario protegió al párroco.
Julián Maradeo, periodista argentino, publicó un libro sobre una investigación de años: “La trama detrás de los abusos y delitos sexuales en la iglesia católica”, donde describe el accionar metodológico que usa la religión para tapar, esconder y minimizar las graves denuncias y hechos de pedofilia.
Una película muy interesante, narra una historia verídica en EEUU, que curiosamente, describe el mismo método: “En Primera Plana”, un drama biográfico que sigue la investigación del diario “The Boston Globe”, que descubre una red de sacerdotes católicos que abusan sistemáticamente de niños de la ciudad, y el encubrimiento de la iglesia.
                                                                   La causa
El fiscal que investiga los supuestos abusos sexuales cometidos por el sacerdote Tulio Matiussi y las otras dos personas a niños del jardín de infantes de la localidad bonaerense de San Pedro, ya hizo el requerimiento de juicio oral.El titular de la UFI 8 de Baradero, Hernán Granda, pidió la elevación a juicio de la causa contra Tulio Matiussi (46), el portero Anselmo Ojeda (58) y la preceptora María Lujan Rubies (51), acusadas de haber agredido sexualmente a cinco niños de entre tres y cuatro años en el Jardín Belén, donde el cura se desempeñaba como representante legal.
Con un informe contundente rechazó «ampliar» la investigación hacia el abuelo de dos de las víctimas, tal como le requirió la Cámara.Para Granda no hay dudas: los abusos existieron y están probados por las pericias psicológicas, físicas y declaraciones en Cámara de Gesell, todas incorporadas en la causa. Los testimonios de las víctimas son explícitos, contundentes, y coincidentes con las actitudes que los pequeños y pequeñas comenzaron a adoptar dentro de sus casas, con sus familias.
Todas de índole sexual. Los abusos están situados en la Parroquia San Roque y en el baño del Jardín Belén. No es menor que los pequeños y las pequeñas hayan relatado además que presenciaron abusos de compañeros y compañeras de Jardín, con señas y lenguaje propio de inocencia de la edad, pero con detalles, e identidades que permitieron al Fiscal y a los peritos dar veracidad a las denuncias.
                                                         En libertad
Cuando en mayo de 2019 la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Nicolás, en un polémico fallo, ordenó la liberación de Tulio Mattiusi por «falta de mérito» para estar detenido, le pidió al Fiscal Hernán Granda ampliar la investigación y apuntó contra el abuelo de dos de las víctimas.
Sin embargo, en ese mismo fallo, la misma Cámara mantuvo preso a Anselmo Ojeda.El pedido de uno de los camaristas, no hizo más que darle entidad a una teoría impulsada por férreos defensores del párroco Mattiusi, antes descartada por los investigadores; y que lejos de aportar jurídicamente al esclarecimiento de los abusos terminó desviando la atención de la figura de los tres imputados.
La trascendencia pública de este pedido, para la familia, fue devastadora.Sin embargo, a finales de agosto de 2019 el Fiscal respondió a ese requerimiento de la Cámara y, en una contundente nota dirigida a la doctora Sandra Biscetti, jefa de fiscales de la región, terminó con las teorías conspirativas tejidas en torno a la figura del abuelo de dos de las víctimas (que son primos), y ratificó su acusación contra Mattiusi, Ojeda y Rubies.
                                             El relato de una mamá
“En 2017, mi hija tenía tres años y empezó a ir al jardín de infantes ‘Belén’, una institución religiosa y semi-privada de San Pedro. Ahí trabajaba un cura que ya conocíamos porque fue quien me bendijo la panza y le hizo el bautismo a la nena”, relató Carla.“En ese momento, ella era una nena tranquila con una personalidad muy dulce, pero ese mismo año la personalidad empezó a cambiar.
Se volvió muy introvertida, no quería contar nada del jardín, perdió el control de esfínteres que ya había adquirido, lloraba, me decía que tenía dolores extraños, se hacía caca encima y tenía pesadillas fuertes. A veces también apretaba los muñecos y los desnudaba”, escalofriante.“Una vez volvió del jardín con la oreja cortada. Preguntamos en la institución y nos dijeron que no había pasado nada; pero unos meses después, mediante un juego, ella pudo empezar a contar a qué se debía todo lo que le pasaba.
Fui al jardín para hablar, pero escondieron todo, me cerraron las puertas y nunca más me llamaron para ver cómo estaba la nena. Entonces decidí llevar a mi hija a una terapia con profesionales especializados. A partir de los relatos de la nena, pudieron terminar de confirmar que adentro del jardín había abuso sexual.
Ella describió quiénes eran los abusadores. Yo fui la primera mamá que hizo la denuncia y después se sumaron cuatro familias más. Se hicieron las pericias psicológicas y tres de los nenes, contaron ante Cámara Gesell que el cura, el portero y la preceptora habían abusado de ellos.Pudieron informar en diferentes oportunidades que les pegaban, les introducían objetos, les hacían sexo oral y que esto no solo ocurría en el jardín y sino también en la iglesia que está al lado. Las amenazas que estas personas les habían hecho a los nenes si hablaban eran tan fuertes que después de contar todo volvieron a tener un montón de regresiones. Decían que a nosotros nos iban a matar porque ellos habían hablado».(EL NORTE)