Hace cinco años, Ana Zabaloy, una destacada docente de San Antonio de Areco, Buenos Aires, se convirtió en un símbolo de la lucha contra las fumigaciones con agrotóxicos cerca de las escuelas rurales. Su trabajo comenzó a ganar notoriedad cuando, en 2016, fundó la Red Federal de Docentes de Escuelas Rurales afectadas por los agrotóxicos. Ana falleció en 2019 debido a un cáncer que se asocia con su exposición crónica a estos productos químicos, marcando el final de una batalla personal y pública contra el modelo agroindustrial que afecta la salud en las zonas rurales.
En 2014, mientras daba clases en una escuela rural de San Antonio de Areco, Ana sufrió la parálisis parcial de su rostro después de una fumigación cercana con 2,4-D durante el horario escolar. Este incidente marcó un punto de inflexión en su vida y salud, llevándola a convertirse en paciente oncológica debido a los efectos de años de exposición a los agrotóxicos. El Estado nunca reconoció su enfermedad como una consecuencia laboral bajo la Ley de Riesgos de Trabajo, reflejando una indiferencia hacia los impactos de los agrotóxicos y una falta de apoyo de los sindicatos docentes.
Ana no se limitó a denunciar los daños, sino que también promovió estudios para demostrar el impacto de los agrotóxicos en su entorno escolar. Encargó un estudio ambiental a la Universidad Nacional de La Plata, el cual confirmó la presencia de altos niveles de agrotóxicos en el agua de lluvia y los suelos del jardín de la escuela.
Utilizando su experiencia y evidencia, ayudó a crear el Protocolo de actuación ante una Fumigación con Agrotóxicos en las adyacencias de una Escuela Rural, una herramienta esencial para que otros docentes rurales documentaran y reclamaran formalmente los efectos de las fumigaciones.
Resistencia corporativa
A pesar de sus esfuerzos, Ana encontró una fuerte resistencia por parte de las autoridades locales y del sector agroindustrial. Sus denuncias fueron desestimadas, y en ocasiones, ella fue desacreditada públicamente. Sin embargo, Ana persistió en su lucha, llevando su mensaje a diversos foros, incluyendo el Congreso Nacional, y participando en documentales y publicaciones que amplificaron su voz y experiencia.
Ordenanza Maso
En 2017, el intendente de San Antonio de Areco, Paco Durañona, implementó una ordenanza que prohibía las fumigaciones aéreas, pero permitía las terrestres a una distancia de 100 metros de las escuelas, una medida que Ana criticó por ser insuficiente y engañosa. Tras su fallecimiento, un fallo judicial innovador estableció una distancia de protección de 1000 metros para las aplicaciones terrestres alrededor de la escuela donde Ana había trabajado, invalidando la ordenanza local de los 100 metros.
El Legado de Ana
El legado de Ana Zabaloy continúa vivo a través de los esfuerzos de la red de docentes que fundó y la comunidad que sigue su ejemplo. La fecha de su muerte, el 9 de junio, ha sido designada como el Día de Acción por las Escuelas Rurales Fumigadas, en reconocimiento a su incansable lucha y compromiso con la protección de la salud en las escuelas rurales afectadas por los agrotóxicos. Este reconocimiento subraya la importancia de su trabajo y la necesidad continua de luchar contra los efectos perjudiciales de los agrotóxicos en las comunidades rurales. (InfoGEI)