Con cinco mandatos sobre el lomo y cincuenta años de militancia en el peronismo, el intendente de Salto, Ricardo Alessandro, a quien todos conocen como «el curita», no tiene ganas de callarse nada. Mano a mano , desde su pueblo, banca la gestión de Axel Kicillof, rechaza hipótesis del «doble comando» en el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y subraya su preocupación de cara a las elecciones de 2023.
El hombre, que admite que no conocía a Axel Kicillof cuando fue ungido candidato a Gobernador, se deshace en elogios para con el mandatario. Tuvo la oportunidad de tratarlo a fondo en abril, cuando llevó a cabo una de sus tradicionales «mateadas» en el distrito.
«Lo veo honesto, simple, humilde», explica y anticipa que lo acompañará en la búsqueda por la reelección: «¿Cómo no lo voy a acompañar si le ha cambiado la vida a Salto?», se pregunta.
-Se está instalando como que hay dos gobernadores en la Provincia. Insaurralde por un lado y Kicillof por otro.
-No creo que haya dos gobiernos. Hablo con el Gobernador, hablo con Carlos Bianco o con alguno de los ministros soy muy bien atendido. A lo mejor no me doy cuenta si están en la misma página. Hablo con Leonardo Nardini (Ministro de Infraestructura) y me trata de la mejor manera, hablo en Hábitat con Agustín Simone y es un señor, una maravilla de ministro. Con los otros lo mismo. No creo que no estén en la misma página.
Nosotros no vamos a la rosca de lo que pasa ahí, vamos a pedir para seguir trabajando y hacer crecer al pueblo. Tal vez nos equivoquemos porque en algún momento va a definir candidaturas, pero cada uno sabe a dónde quiere ir.
Elecciones 2023 y un nuevo «desastre» para el Frente de Todos
A pesar de haber revalidado cuatro veces su título de intendente, a Ricardo Alessandro le tocó un lugar con pocas expectativas en las elecciones de 2021. Ocupó el séptimo lugar de la lista de diputados por la Segunda sección, en la que entraron cuatro candidatos.
«Fue una elección desastrosa y la próxima va a ser peor si no hacemos las cosas bien», anticipa, y señala, sin decirlo abiertamente, que el destrato a dirigentes históricos del peronismo es una de las posibles causas de la debacle.
¿Te quedaste muy caliente con el lugar que te dieron en la lista de la Segunda?
Qué te parece…
Me parece que sí.
Me dolió. Aspiraba a un tercer puesto, entraron cuatro. Les dije: bueno, muchachos, se van a tener que morir tres para que entre yo. No se animaban a decirme que me habían tirado. Yo me peleo con muchos, porque soy bocón, y me cobran la cuenta. Firmé séptimo porque soy peronista, no tengo problema, y me abrazaron hasta los de La Cámpora.
En un contexto en el que se están matando, es un gesto que no abunda…
En la próxima va a ser peor. Metimos cuatro, y fue una elección desastrosa. La próxima va a ser peor si no hacemos las cosas bien.
¿Y qué hay que hacer?
Tenemos que juntar a la gente de los pueblos más importantes, San Nicolás y Pergamino, que nos han pegado una paliza. Pergamino aparentemente es inarreglable, en San Nicolás tengo amigos pero no sé cómo está la cosa.
Creo que en San Nicolás les va a convenir apostar a que vuelva Passaglia, ¿no?
Puede ser una solución (risas). Yo tengo buena relación con él, pero no me gusta lo que hizo. Y habrá que conservarlo, porque no participa de las reuniones últimamente, a Osvaldo Cáffaro, de Zárate. O tendrá que haber un reemplazante, que no sé si lo hay, si Sergio Berni o Agustina Propatto estarán en condiciones de asumir la intendencia de Zárate o si pretenden algo de eso.
Hay que sentarse a charlar entonces.
Hay que sentarse a charlar y ver qué es lo que se puede hacer. Los números para la próxima son tres para la mayoría y dos para la minoría. ¿Sacaremos tres nosotros? Está difícil.(IN FOCIELO)