El Faro accedió a una fuente que señaló que el detenido que se suicidó hace dos semanas en los calabozos de la Comisaria de Salto no habría estado habilitado. En este sentido de confirmarse la especie estamos en nuestra región con calabozos clausurados en Salto, Arrecifes y Pergamino y recargados los de otras localidades como la de Colón, lo que convierte esta situación en una verdadera “Bomba de tiempo”.
La agencia Infogei, haciéndose eco de la problemática señaló que en la Provincia de Buenos Aires “Además, en los calabozos de las comisarías bonaerenses había, a mayo de 2016, otros 2.300 presos. Hoy hay más 3.000 de los cuales sólo 1.000 tienen camastro.
A su vez, unos 250 de estos establecimientos tienen algún tipo de inhabilitación por orden de la justicia o por decisión ministerial. No obstante, detenidos son alojados en dichos lugares.
Otro dato que preocupa son las muertes que se producen de los detenidos. En el sistema penal bonaerense los decesos promedian a 130 por año mientras que en las comisarías murieron por lo menos 43 personas en los últimos cinco años”.
También agregó: «El hacinamiento en las cárceles y comisarías de la provincia llegó a niveles críticos. Las personas privadas de libertad viven en condiciones inhumanas y la atención sanitaria es nula, lo que provoca muertes evitables por enfermedades como VIH, tuberculosis o neumonías», denunciaron en Perú la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Defensoría de Casación”.