Corredores Viales SA es la sociedad anónima creada por decreto del ex presidente Mauricio Macri en octubre de 2017 para la «construcción, mejora, reparación, conservación, (…) en trazas, rutas, autopistas, accesos, corredores y cualquier otra red vial de jurisdicción nacional».
En sus inicios estuvo integrada por el ministerio de Transporte (51%) y Vialidad Nacional (49%), aunque estaba previsto el ingreso de accionistas privados.
No se rige por las leyes de procedimiento administrativo ni de contrataciones, «ni, en general, las normas o principios de derecho administrativo» que regulan los actos del sector público.
Resumiendo: esa sociedad anónima, hoy presidida por Gonzalo Atanasof, es la que se hará cargo de los alrededor de noventa kilómetros de la ruta 188 que unen Pergamino con Junín, pasando por Rojas y varias localidades.
El acto se realizará en la cabina de peaje ubicada entre Agustín Roca y Junín, y contará con la presencia de Atanasof y del ministro de Transporte de la Nación, Gabriel Katopodis.
El traspaso de este sector forma parte de una medida más amplia, que abarca a cinco corredores viales, hoy concesionados a empresas que reciben por ello unos 5.800 millones de pesos al año (18.000 millones en los cuatro años del macrismo), han realizado un mantenimiento deficitario y no ejecutaron ninguna obra importante.
El ministro Katopodis ha colocado en la columna del «debe» a la virtual disolución de Vialidad Nacional, con la creación de una sociedad anónima controlada (por ahora) por el Estado. El funcionario puso de manifiesto que luego de los últimos cuatro años el área presenta «35.000 millones de deuda, el 60 por ciento de las obras paralizadas y la eliminación de Vialidad como organismo rector en materia vial del país».
También señaló que está en marcha una auditoría que abarca a todos los corredores viales concesionados, y que si bien aún no están los resultados finales, la investigación muestra que «no hay correlato entre los subsidios entregados, los certificados y lo que se ve en la traza».
Es de esperar que, más temprano que tarde, las autoridades nacionales decidan resucitar a Vialidad Nacional y firmen el acta de defunción definitiva a «Corredores Viales», una sociedad anónima hoy todopoderosa en cuanto a la administración de rutas y autopistas, pero que no se rige por ninguna de las leyes que regulan los actos administrativos en los que hay fondos públicos involucrados.(Portal de Rojas)