Una empleada de la comuna de Christophersen denunció en el Ministerio Público de la Acusación de Rufino por abuso sexual simple al actual mandatario, recientemente reelecto, Salvador Soraide. El fiscal Mauricio Clavero entiende en la causa y dispuso una serie de medidas tales como pericias psicológicas para la víctima y el victimario y para algunos testigos o empleados de esa repartición pública. Una vez cumplimentados esos pedidos el funcionario del MPA determinará si imputa a Soraide.
Lo curioso es que Silvina Otamendi es la actual secretaria privada de Soraide y hasta incluso era su vicepresidente de la comisión comunal. La presunta víctima es integrante de la lista del Frente Progresista Cívico y Social que viene encabezando Salvador Soraide desde 2009. Es que a partir de ese año y hasta la fecha, el funcionario ganó todas las elecciones de las que participó, junto a quien hoy lo denuncia «cansada» de sentirse «acosada». La mujer dijo que «lo más grave y la gota que rebasó el vaso fue lo que pasó en septiembre, cuando prácticamente me manoseó todo el cuerpo».
Otamendi ingresó a la comuna en la primera gestión de Soraide, allá por el año 2009. «A los pocos años, comenzó a insinuarme con palabra obscenas, yo lo dejaba pasar y seguía con mi trabajo», contó la denunciante. Y agregó que «esa situación llegó a un límite el 9 de septiembre, cuando sufrí un acoso sexual por parte del presidente comunal que me llevó a realizar una presentación en la fiscalía de Rufino».
La mujer relató que el denunciado siempre insinuaba cosas que muchas veces las dejaba pasar por cuestiones meramente laborales. «En estos pueblos no hay mucho trabajo y cuando se lo tiene se es un privilegiado. Pero a veces esa suerte se transforma en pesadilla, como fue mi caso», dijo.
Christophersen es una localidad de alrededor de mil habitantes ubicada en la ruta provincial Nº 14, a 70 kilómetros de Venado Tuerto y a 200 de Rosario. La mujer explica que aguantó esta situación aberrante por miedo a quedarse sin recursos para poder pagarle los estudios a su hija, que está radicada en Venado Tuerto. «Si yo salía de la comuna no me iba a alcanzar para pagarle los estudios a mi hija. Es un pueblo chico y no consigo otra cosa, no me quedaba otra que seguir aguantando», explicó la mujer con un dejo de bronca y resignación. Además, dijo en off que el mandatario la amenazaba con echarla si contaba algo de lo que sucedía. Eso decía cada vez que Silvina le decía que lo iba a denunciar. La mujer está con licencia psiquiátrica y no está yendo a la comuna tras el episodio de acoso que denunció en Rufino y que data de 9 de septiembre de este año.
Ese día, Soraide llamó a su secretaria a la oficina alrededor de las 7.30 porque había ocurrido un robo el día anterior. Le dijo que quería ver las cámaras de monitoreo que están en la sede comunal y, siempre de acuerdo a lo denunciado, cuando ella le estaba explicando lo que veía, el mandatario la atacó desde atrás, le torció el cuello, intentó besarla y ella logró taparse la cara con el pañuelo. «No podía reaccionar por la manera en la que me había manoseado, así que me fui a mi oficina y ahí dije basta», contó.
La presunta víctima entiende que no es fácil denunciar a la máxima autoridad del pueblo y que los condicionamientos surgen por la falta de laburo que hay en el pueblo. Los acosos comenzaron cuando él cambió de oficina. «Se fue a unas oficinas más atrás, y se sentía más libre porque nadie lo veía. Antes era verbal y yo las dejaba pasar, pero en ese momento fue insoportable», remarcó la mujer. (La Capital Carlos Barbarich)