Los campos en cuestión se ubican camino a Salto y quedan uno frente al otro.
Este noble caballero guiado por su espíritu solidario seguramente quiso aumentar la productividad del país, sembrando con soja estas hectáreas que ya llevaban unos años sin trabajar, dado que su propietario vive en la ciudad de Buenos Aires y casi no visita Rojas.
Hace unos meses, su dueño decidió ponerlo a la venta y grande fue su sorpresa cuando tomó conocimiento del sembradío. En ese momento opto por no denunciar la situación para aguardar a la cosecha y registrar al “confundido” con las manos en la masa o mejor dicho en la soja.
Así sucedió y cuando el buen samaritano rojense estaba en plena tarea fue sorprendido por el dueño del campo y testigos varios que dieron fe pública de la “irregularidad”.
Ahí fue que, demostrando lo generoso que es, ofreció generosas “disculpa$$$” que dejaron a estos dos buenos hombres en paz con sus conciencias.
Sabemos que nos exigirán nombres, cosa que no podemos hacer por cuestiones obviamente legales, pero igualmente contamos la historia, ya que se trata claramente de la “doble moral” que exhiben algunos ciudadanos de la “alta suciedad” rojense que, como en este caso, suelen integrar comisiones de entidades de bien público arraigadas en la comunidad.
El productor “confundido” posee un título universitario relacionado con la actividad rural y su esposa pertenece también a una tradicional familia con grandes extensiones de campo.
Este buen hombre supo estar relacionado con los medios de comunicación locales y, desde ese lugar más de una vez y parado en su pedestal de intachable moral, nos señaló como “amarillistas”, color que, viendo hoy cuál es su verdadera conducta social, lo tomamos como un elogio, ya que amarillo es el sol que todo lo ilumina, y que tanto contribuye al crecimiento de los sembrados que le han permitido manejarse de esta manera oscura, tan oscura como su conciencia.(NUEVO ROJENSE)