En esta nota, el periodista y Director del portal NAC&POP, Martín García, papá de Bárbara y Camilo, comienza su relato con una reflexión: “Atacan a Ramón Carrillo; tiran una molotov a un local de FORJA, que lidera Gustavo López; dicen que murió el historiador Norberto Galasso, y piden prisión para Bárbara García por reconocer al represor que secuestró a Rocío, su mamá, delante suyo integrando una patota paramilitar, que luego la asesinó”; entonces, si son capaces de todo eso “pueden condenar a Bárbara García por reconocer al represor genocida, Martín Sanchez Zinni”.
Durante la investigación del caso, el papá de Bárbara cuenta que a su hija “la llevaron al juzgado, le mostraron un montón de fotos, ajadas, fotocopiadas, y ella, con seguridad eligió a cuatro de ellas”, tras lo cual, los abogados que la acompañaban, Pablo Llonto y Lombardi le hicieron un comentario: “Bueno si elegías una, parece que sería mayor prueba de identificación que si elegís cuatro”.
Cuando el personal del juzgado miró el nombre al que pertenecía cada una de las cuatro fotos elegidas, se asombraron de que todas pertenecieran a la misma persona. Claro, porque la figura que aparecía en las cuatro fotos, “en una tenía barba, en la otra bigote, en una nada, y en la otra lucía diferente”.
Luego, el ex presidente de Télam indica que los abogados defensores de Sanchez Zinny, Ricardo Saint Jean y María Laura Olea, (también abogados de Ciccone, que intentan la condena del ex vice presidente de la Nación, Amado Boudou), acusan a Bárbara de “Falso testimonio” por haber identificado al militar empresario que se llevó para siempre a su madre. “Bárbara que tenía 9 años cuando este Comando conducido por Martín Sanchez Zinni secuestro a Rocío, su mamá”, una asturiana que había venido al país a los 7 años.
A raíz de ello, el Parlamento asturiano invitó a Bárbara a contar su caso en la Provincia española de Asturias, que luego encomendó a un cineasta español filmar un documental a partir de una carta que Bárbara dirigió las autoridades asturianas en ocasión de su visita.
Desde el secuestro de su mamá entonces Bárbara tuvo la convicción de que si veía otra vez a este hombre, que le llevó a su madre, lo reconocería de inmediato.
“Una nena no puede olvidarse del rostro de quien secuestro a su mamá. Este monstruo (que estaba preso en una cárcel común) gestionó y obtuvo la detención domiciliaria, aduciendo la condición de “autista” de su hijo.
La domiciliaria de Martín Sanchez Zinny está firme (confirmada) por lo tanto sólo se puede reabrir con “cambio de circunstancias”.
Lamentablemente con esta situación (de aislamiento) no se puede chequear que está pasando con él y su hijo, pero además ahora todo está en manos del Tribunal de Casación, y ya no está en manos del Juez Rafecas.
¿Quienes serán los del juzgado de Casación? (Son los laberintos de la Justicia).
Conceder casación quiere decir “usted está habilitado para ir a plantear el tema en Casación”.
Los abogados de Sanchez Zinni van a ir, a presentar escritos, les darán traslado a Pablo Llonto y su equipo.
Ellos contestarán y Casación ahí resuelve si lo admite o no.
Es decir, que faltan unos meses, dos quizás
Tocará por sorteo qué sala será, (son 4 salas.)
Como está la Justicia puede pasar cualquier cosa, como que quien identificó y acusó al genocida de su madre y otros 36 compañeros, lleve la peor parte. Y que el genocida, mientras tanto, siga tan tranquilo en su casa tan “pancho” como ahora.
La justicia está actuando “demasiado rápido”, comentan en Tribunales refiriéndose a este caso.
¿Alguno del Poder judicial le habrá prometido “algo” al represor?
¿Bárbara pasa a ser la acusada y el torturador asesino, su acosador? (en este video cuenta su historia).
Vivimos tiempos muy “sucios” en la Justicia argentina. “Lamentables”, concluye el periodista Martín García. (InfoGEI)