Región: La ruta de la prostitución de menores y la explotación de sueños

(POR VICTOR CALVIGIONI) La muerte de una menor de 16 años en el Motel “JR” de  Firmat, ubicado en Ruta 93 y 33, no es un caso nuevo en lo que se denomina  “Trata de personas ” . El hecho preocupa y es una larga lista de acontecimientos similares sucedidos a través del tiempo en nuestra región. La Justicia debería “ juntar” todas las causas judiciales que involucran a la problemática e investigarlas en forma conjunta con el objetivo de desbaratar a los verdaderos “pulpos” patrones  de las mafias que lucran con la “trata de personas” y que están detrás de las bambalinas de las decenas de cabarets que pululan en nuestra región. En muchos casos gozando protección de policías y políticos. A estos últimos (Intendentes y Concejales) deberían dejar de sacar la «pelusa» del ombligo y abordar estos temas que cuestan vidas y sueños.

El caso ocurrido en Villa Cañas en el 2006, de una joven de 16 años que se suicidó en el interior de una vivienda que cumplía  función de prostíbulo tiene antecedentes similares en nuestra zona.

Cabe recordar que en el interior de esa vivienda las autoridades que realizaron el procedimiento  encontraron a una segunda adolescente de solamente 14 años, hermana de la víctima y sometida a las mismas vejaciones. La adolescente que se quitó la vida era oriunda de la ciudad de Oberá, provincia de Misiones

La chica habría sido traída mediante engaños y “ metida” a un lugar que parecía una cárcel para ejercer el oficio de alternadora. Es increíble que en una población como Villa Cañas nadie supiera de casa donde se practicaba el oficio más viejo del mundo y además que en el mismo trabajaban adolescentes.

El asombro no tiene límites al observar la impunidad que se mueven las personas que realizan la “trata de adolescentes”. En el año 2004 los propietarios de un burdel de Venado Tuerto fueron detenidos acusados de obligar a ejercer la prostitución a dos jóvenes de 16 y 15 años. Las dos chicas habían llegado desde la ciudad misionera de Posadas, bajo la promesa que trabajarían como empleadas domésticas en casas de familia.

Sin embargo, terminaron viviendo en las malolientes y precarias habitaciones del cabaret venadense bajo el estricto control de sus dueños, quienes no sólo les retenían los documentos sino que tampoco las dejaban salir y las obligaban a ofrecer sexo a los clientes del lugar.

La historia saltó a la luz pública cuando un patrullero policial encontró a una adolescente perdida y vagabundeando cerca de la terminal de ómnibus. Los uniformados la interrogaron y argumentó que se había escapado de un cabaret en el cual la obligaban a ejercer la prostitución y que trataba de llegar hasta la terminal de ómnibus para regresar a su casa de la provincia de Misiones.

La adolescente fue contratada por una persona que la contactó en Posadas.

Según trascendió, en un primer momento la chica se habría negado a prostituirse, pero luego tuvo que ceder ante la presión de sus patrones.

Tras el crudo relato, la joven les indicó a los investigadores el sitio donde se ofrecía sexo: un burdel situado en la calle Eterovich sin número. En el lugar los efectivos encontraron a otra adolescente de 15 años, quien aparentemente estaba ejerciendo la prostitución.

Esta chica, quien quedó alojada en la sede de la policía de Menores, también es misionera, pero no guarda relación de parentesco con la otra. Tampoco habrían llegado juntas a Venado Tuerto. Dos casos en menos de un año, en la misma zona (Villa Cañas y Venado Tuerto) y con un mismo origen de las menores: Misiones.

En Pergamino rememoremos el caso Spartakus cuando la investigación comenzó por una denuncia realizada ante el juez misionero del Dr. Claudio Chavez y que dio intervención a través de un exhorto al Juzgado Federal Carlos Villafuerte Ruso con jurisdicción en Pergamino. En el cabaret SpartaKus se encontraron catorce menores paraguayas trabajando en un precario edificio que estaba a cien metros de un Destacamento Policial y que luego  fue quemado para borrar evidencias.

Otro caso sucedió el 21 de setiembre de 2006, al Hospital Alberdi de Rosario donde  llegó una mujer de 21 años quien a los médicos que la atendían, les señalaba «que la habían secuestrado y obligado a prostituirse durante seis meses en varios burdeles de la periferia de Rosario y Pergamino.

La joven mujer con posterioridad señaló al personal del Centro de Atención a la Víctima de Delitos Sexuales que hasta el mes de marzo había trabajado como promotora de una empresa de galletitas.

Pero el asombro no tiene límites. Las condiciones de vida de las adolescentes  que llegan a esta situación son infrahumanas. En el 2009, se produjo un  operativo  en los locales nocturnos «Star Three» y «Desvelo” de Venado Tuerto, en este último se encontró a dos adolescentes de 16 años, oriundas de la ciudad de Santa Fe. En el cabaret “Star Three” habían trabajado dos adolescentes de nacionalidad paraguaya y que apenas tenían 15 años de edad.

A las chicas se les daba de comer una vez al día para que no engorden y les puedan servir a los propietarios. Las niñas estaban secuestradas y habían sido traídas mediante engaños

Colón no escapa

En Colón una funcionaria indicó no hace mucho que no existe prostitución de menores. No es asi. La misma existe y con menores que a veces recorren reuniones donde hay hombres mayores ofreciendo sus servicios. También podría existir un “cafiso” que las manejaría a porcentaje manejándola. Sobre todo los sábados a la noche.

En Colón existen casos de prostitutas que habrían llegado escapadas de burdeles santafesinos y que estuvieron involucradas en resonantes casos. El caso del asesinato de Enrique Espindola (Kin Kong) es solamente la punta de un iceberg.

El relato de una prostituta de nombre Silvia supuestamente escondida por Espindola en su casa para “hacerle el favor a un amigo” es aterrador. En su declaración ante la Justicia argumentó “me llevaron a presenciar el crimen de King Kong”. Y agregó: “la cuatro por cuatro, color blanca la manejaba un individuo que se llamaba Felipe”. Las versiones indican que la muerte del colonense se debió a un ajuste de cuentas de la “mafia de la prostitución”

La camioneta y al individuo identificado como Felipe se lo buscó en el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe. El presunto autor intelectual del asesinato se evaporó . ¿La prostituta mintió, divagó? ¿Inventó la historia?. Las posibilidades son muchas. En el trato de blancas los “capos” utilizan nombres de guerra y los sicarios siempre vienen de las grandes ciudades. Las prostitutas son manejadas con “mano de hierro” y no se toleran “traiciones”.

La mujer habría estado desde hacia varias semanas “trabajando” en los barrios periféricos e incluso habría parado “cerca” del honguito de la plaza San Martín. La versión citó que Silvia era una escapada de un pros- tibulo santafesino. En la jerga se la llamaba “caída”.

Las versiones manifestarían que meses atrás de la muerte de Espíndola y del mismo burdel se habían escapado dos chicas paraguayas. Los rumores indicaban que habían estado alquilando una vivienda en el barrio Barracas en cercanías de las calles 23 y 38.

El mismo rumor indicaba que debido a que la “organización” las seguía se habían mudado a otro barrio y luego terminaron por irse de la ciudad. Las mujeres fugitivas de la mafia de “trata de blancas” habrían sido de origen paraguayo. La historia diría que a las dos mujeres muy jóvenes (una teñida de pelirrojo y otra morocha) habrían conseguido en “una noche de burdel” la protección en dos colonenses.

En este contexto –según las versiones- Silvia habría sido la tercer mujer que escapó de los casas de servicios sexuales santafe sinas y el humor de la organización que las regenteaba para los colonenses no habría sido el mejor. Incluso la versión señalaría que sicarios de la mafia habrían estado previamente en nuestra ciudad para dar una “lección” a los que osaron llevárselas y pagarles luego un alquiler.

Los estudiosos del tema aducirían que en la provincia de Santa Fe existen cientos de burdeles instalados en las ciudades del interior y que los dueños de los locales sólo ganan un pequeño porcentaje. La gran porción se la llevaría la organización que con mano de hierro maneja los destinos de las mujeres y que cada un mes las rota por distintos locales para que no intimen con sus clientes y se terminen escapando. En muchos casos estas chicas son menores. Lo relatado solo es una punta del iceberg.