El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires informó que ya son 27 los casos de Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) registrados en territorio bonaerense durante 2022.
Según el último boletín epidemiológico (correspondiente a la semana del 22 al 26 de octubre) “se notificaron 124 casos sospechosos de FHA” en la provincia en lo que va del año.
De ese total, “27 casos fueron confirmados (22%), 37 descartados y 60 casos permanecen como casos sospechosos con resultados no conclusivos, a la espera de segundas muestras para completar estudios serológicos”.
El Ministerio de Salud indicó que todos los contagios requirieron internación y que ninguna de las personas infectadas tenía antecedentes de vacunación con Candid#1, la inmunización para prevenir la enfermedad que es “gratuita y obligatoria para todos los residentes de la zona endémica” bonaerense. En tanto, “sólo 7 de los casos confirmados no recibieron transfusión con plasma inmune de convaleciente”.
Del total de los contagios confirmados hasta la fecha, 21 se registraron en el distrito de San Nicolás y los restantes pertenecen a Pergamino, Ramallo y Olavarría.
Además, vale recordar que la enfermedad ya se cobró dos víctimas fatales en lo que va del año en la provincia: una mujer de 42 años de edad, que tenía como antecedente epidemiológico haber participado de un evento social en una zona rural del partido de Ramallo; y un hombre de 50 años de General San Martín del que “aún no se ha podido establecer un nexo con el área endémica”.
Para el mismo periodo del año pasado, se habían registrado en la provincia de Buenos Aires “32 casos sospechosos de FHA, de los cuales fueron confirmados 4 casos, en los municipios de San Nicolás y Pergamino”. Tal como viene informando DIB, el número actual de confirmados es inusitado en relación a los últimos años.
La FHA, conocida popularmente como “mal de los rastrojos”, es una enfermedad grave endémica de Argentina y producida por el virus Junín. El trasmisor de la misma es el ratón maicero (Calomys musculinus) y su tasa de letalidad puede llegar a un 30% sin tratamiento, aunque la trasmisión de plasma inmune en la primera semana de inicio de síntomas la reduce a un 1%. (DIB)