Pese al aislamiento obligatorio que decretó el Gobierno nacional, varios intendentes bonaerenses preocupados aún por la circulación de gente en las calles de los municipios avanzan con la implementación de “toques de queda”, con lo que buscan ponerle un tope al horario en que los ciudadanos pueden estar fuera de sus casas.
Una decena de distritos, que impulsaron el cierre de sus ingresos con barricadas, ahora avanzan con el toque de queda que, en algunos casos es a partir de la sirena de los bomberos y, en otros, hasta las campanas de la iglesia. La idea, según plantean los intendentes, es extremar las medidas ante un posible brote de coronavirus en sus ciudades que sería muy difícil de contrarrestar.
Si bien el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, criticó que los municipios se blinden, lo cierto es que son muchos los que no sólo avanzaron con esa medida sino también con la prohibición total de circular por las calles. Por eso, en horas de la tarde las localidades quedan casi desérticas.
En Balcarce, el intendente municipal, Esteban Reino, anunció que desde este miércoles habrá un toque de queda para disminuir la circulación. A partir de esta medida, los comercios solo podrán abrir de 8 a 16. En ese momento sonará la sirena del cuartel de bomberos que indicará el cierre de esos establecimientos y la restricción para caminar por las calles. Después de las 16 funcionarán farmacias, estaciones de servicio, delivery y salud privada en consultorios. “Una parte de la población no cumple con el aislamiento”, justificó Reino.
En Coronal Pringles, el intendente Lisandro Matzkin dispuso que almacenes, supermercados, carnicerías, panaderías y veterinarias podrán funcionar hasta las 16 horas para que no haya circulación de personas a partir de las 17, cuando se realizará un toque de sirena de los Bomberos Voluntarios, por el cual se dará conocimiento de la prohibición absoluta de salir de los domicilios. Algo similar sucede a la misma hora en Florentino Ameghino, mientras que La Madrid son más estrictos: a las 15 suena el aviso de los bomberos.
El intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, salió en las últimas horas a “patrullar” los barrios con un megáfono para comunicar que, cuando suena la sirena, todos deben quedarse adentro. Mientras que en la pequeña localidad de Navarro, hasta suenan las campanas de la Iglesia para dar aviso a los vecinos que deben quedarse en sus viviendas.
En Lezama el horario es más flexible, ya que los bomberos activan su sirena a las 19. Y algo similar pasa en Roque Pérez, donde recién a las 21 se pide que la gente no circule. Eso sí, el jefe comunal Juan Carlos Gasparini cerró los accesos al distrito con un estricto control policial. “Cerramos todo. Hay un solo acceso abierto. Los demás los cerramos con tierra para que no se pueda circular con autos ni con motos”, dijo.
Puán, Punta Indio, Chacabuco, Coronel Suárez, Coronel Dorrego y General Madariaga, cada uno con sus horarios, también limitaron la circulación con sirenas y policías en las calles. También como se observa en la foto se desinfecta con camiones citernas(DIB)